La fiscal jefe de Sevilla, María José Segarra, se perfilaba anoche, según diversas fuentes y solo a falta de confirmación oficial, como nueva fiscal general del Estado en sustitución de Julián Sánchez Melgar, quien solo ha estado seis meses en el cargo.

Segarra, de 54 años, es miembro destacada de la Unión Progresista de Fiscales (UPF) y amiga personal de la actual ministra y también fiscal, Dolores Delgado. El pasado mes de abril fue designada, al igual que Delgado, miembro del Consejo Fiscal, órgano consultivo que asesora al fiscal general del Estado.

Quinielas

La opción de Segarra habría así desbancado a otros candidatos que sonaban en las quinielas, como el fiscal de Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo Pedro Crespo y otros acusadores públicos, también de la UPF, como Sofía Puente y Álvaro García. También habían sonado en diferentes círculos el exmagistrado del Tribunal Supremo Joaquín Giménez y la actual miembro de la Sala de lo Penal de ese órgano Ana Ferrer.

Segarra, que el pasado otoño celebró 30 años como miembro del Ministerio Público, comenzó ejerciendo en Barcelona de la mano de Carlos Jiménez Villarejo y después fue destinada a Sevilla, donde desde hace doce años se desempeña como fiscal jefe. En un comunicado difundido cuando era candidata al Consejo Fiscal, Segarra destacó la necesidad de un despliegue territorial de las fiscalías, así como de su desarrollo digital -que actualmente presenta importantes carencias-, además de llamar la atención sobre la escasez de plantilla en las secretarías fiscales.

En el citado texto, Segarra hacía igualmente mención a las mejoras laborales necesarias en la carrera fiscal: mayor compensación económica para retribuir la imposibilidad real de organizar los días de libranza, abono de los días de guardia perdidos durante las bajas por enfermedad y nivelación salarial conforme a las funciones que se realizan.

Mientras, fuentes socialistas informaron de que Pedro Sánchez comparecerá ante el Pleno del Congreso la última semana de junio "como muy tarde", para explicar su programa de gobierno y consensuar con el Parlamento la posición que llevará a la reunión del Consejo Europeo del 28 y 29 de junio.

Las fuentes indicaron que, tras la comparecencia de Sánchez, llegarán las solicitadas por los ministros para exponer las líneas generales de su acción política, lo que se producirá en la primera semana de julio. En todo caso, es previsible que Sánchez, que no es diputado, esté presente en el Congreso el próximo miércoles, día 20, con motivo de la primera sesión de control al Ejecutivo. La víspera será el Senado quien someta a sus preguntas a miembros del nuevo Gobierno.

El primer pleno del Congreso en la era Sánchez, celebrado ayer, permitió escenificar los cambios experimentados en el hemiciclo, con un banco azul ocupado por el Ejecutivo socialista y una bancada del PP llena de exministros. A la sesión no asistieron ni el expresidente Mariano Rajoy ni Pedro Sánchez, que tiene derecho a estar e intervenir pero no a ejercer el voto.