El príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán, fue recibido ayer como un invitado especialmente relevante por los Reyes y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en una visita a Madrid durante la que firmó un acuerdo de cooperación con España clave para las aspiraciones de Navantia.

Alojado en el Palacio de El Pardo, residencia de los jefes de Estado extranjeros en visitas del máximo nivel, el príncipe Mohamed fue agasajado por Felipe VI y la Reina Letizia con un almuerzo en su honor en el histórico Salón de Columnas del Palacio Real, al que ha asistido una veintena de presidentes de destacadas empresas españolas, fundamentalmente de infraestructuras, energía e ingeniería.

Junto a una amplia representación del Gobierno, encabezada por Rajoy, de la que formaban parte la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y otros seis ministros, compartieron mesa con el heredero saudí empresarios como los máximos responsables de Renfe, Talgo, Indra, Acciona, FCC, Sacyr, Técnicas Reunidas, Abengoa, AENA, Ineco y El Corte Inglés.

También el presidente de Navantia, Esteban García Vilasánchez, cuya empresa aspira a firmar acuerdos con empresas públicas saudíes para la construcción y venta de cinco corbetas de tipo Avante 2200 por valor de unos 2.000 millones, así como para la construcción de una base naval en Arabia Saudí.

A estos convenios, claves para la viabilidad a medio plazo de los astilleros de San Fernando, en Cádiz, donde se construirían las corbetas, y también para los de Ferrol (A Coruña), se sumaría un acuerdo sobre adiestramiento entre las Armadas de los dos países para el manejo de los buques.

Como paso, el Palacio de la Moncloa acogió la firma de un acuerdo de intenciones entre gobiernos sobre la adquisición de material de Defensa

La visita del príncipe heredero y los proyectos de colaboración bilateral han suscitado críticas tanto de IU como de varias ONG, entre ellas Amnistía Internacional, Greenpeace y Oxfam Intermón, que han pedido a España que renuncie al contrato de las corbetas y deje de vender armas a Arabia Saudí para no convertirse en "cómplice" de crímenes contra la población civil.