El que fuera secretario general del PP madrileño Francisco Granados vincula a la expresidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, y a la actual mandataria autonómica, Cristina Cifuentes, con la financiación ilegal del partido. En una declaración de tres horas a petición propia ante el juez Manuel García Castellón, que instruye en la Audiencia Nacional la causa por la caja B del PP de Madrid, Granados aseguró que en los comicios autonómicos de 2007 y 2011 la campaña de Esperanza Aguirre se reforzó con fondos al margen de la contabilidad oficial del partido, al desviar gastos de publicidad que se cargaban a empresas madrileñas que contrataban con la Comunidad. El presunto cabecilla de la trama Púnica aseguró que en su etapa como secretario general del PP no tuvo capacidad de resolución ninguna porque el núcleo de poder lo conformaban Ignacio González, Cristina Cifuentes, el exconsejero de Medio Ambiente Borja Sarasola, el senador Jaime González Taboada y la exdirectora de Comunicación de Aguirre, Isabel Gallego. Sin aportar pruebas, Granados responsabilizó al grupo, que operaba según él a las órdenes directas de Esperanza Aguirre, de controlar las "campañas paralelas". González y Cifuentes mantenían buena relación en esos años y la actual presidenta de Madrid permaneció en el centro del poder del partido que encabezaba su antecesor hasta que hubo una "ruptura sentimental" entre ellos, declaró Granados ante el magistrado.

La declaración del exconsejero provocó ayer una tormenta política por la coincidencia de los grupos de la oposición en exigir a la presidenta que explique su presunta relación con la financiación ilegal de su partido. Cifuentes anuncia una querella contra Granados por unas acusaciones, que el coordinador general del PP, Fernando Martínez Maillo, calificó como "bazofia pura". Granados irá la próxima semana a la comisión parlamentaria que investiga la financiación ilegal del PP.