Diez de las catorce víctimas mortales de los atentados terroristas de Barcelona y Cambrils habían sido identificadas hasta anoche. Se trata de cinco españoles, dos italianos, una portuguesa, una belga y un estadounidense. Medios alemanes aseguraron, por su parte, que tres de los fallecidos serían de esa nacionalidad. Además, resultaron heridas en los atentados 126 personas, de 34 nacionalidades diferentes, de los que casi un tercio son de nacionalidad francesa.

De los cinco españoles, el granadino Francisco López Rodríguez fue la primera víctima mortal española identificada. Natural de Lanteira (Granada), emigró en los años 60 a Cataluña, cuando decayó la actividad minera en la comarca de Guadix. Actualmente residía en Rubí, cerca de Barcelona.

Un sobrino nieto suyo de 3 años, cuyo nombre no se conoce es otro de los fallecidos. Ambos paseaban por las Ramblas junto a la madre del pequeño, la esposa de Francisco y otra menor, que resultaron heridas.

Una mujer de 75 años, cuyo nombre es Pepita Codina, vecina de Sant Hipòlit de Voltregà (Barcelona), que ingresó en estado grave en el Hospital del Mar de la capital catalana, acabó falleciendo ayer. La mujer paseaba con su hija, también herida, por las Ramblas.

La mujer muerta en el atentado de Cambrils era de Zaragoza y se encontraba de vacaciones en la localidad tarraconense con su marido y su hermana, que resultaron heridos. Fue ingresada en estado crítico en el Hospital Juan XXIII de Tarragona, donde murió ayer por la mañana.

Uno de los italianos es Bruno Gulotta, de 35 años, padre de un niño de cinco y de una bebé de siete meses, quienes se encontraban con sus progenitores en el momento del atentado. Andrea Ferrario, directora de la empresa en la que trabajaba, explicó que la familia paseaba por las Ramblas cuando irrumpió la furgoneta asesina. En ese momento, Gulotta llevaba cogido a su hijo de cinco años de la mano y su pareja portaba a la bebé en brazos.

El otro italiano es Luca Russo, un joven ingeniero de 25 años, que paseaba junto a su novia, también herida, pero cuyo estado no reviste gravedad. Al igual que su compatriota muerto, la pareja estaba de vacaciones en la ciudad.

La fallecida portuguesa es una mujer de 74 años, natural de Lisboa, que visitaba Barcelona en compañía de su nieta, de 20 años, que permanece en paradero desconocido.

También está identificado el cadáver de una mujer belga de 44 años, Elke Vanbockrijck, madre de dos hijos y residente en la localidad flamenca de Tongeren, cerca de Lieja. En cuanto al ciudadano estadounidense, cuya identidad no ha trascendido, su deceso ha confirmado por el departamento de Estado. Además de las víctimas mortales, hay un niño australiano de siete años desaparecido, cuya madre se encuentra hospitalizada.

La mayoría de los 126 heridos, de diversa consideración, entre los que hay 17 en estado crítico, son turistas. De ellos, 61 habían recibido ayer el alta médica. Sus nacionalidades incluyen españoles, franceses, alemanes, holandeses, argentinos, venezolanos, belgas, peruanos, rumanos, irlandeses, cubanos, griegos, macedonios, británicos, austríacos, paquistaníes, taiwaneses, canadienses, ecuatorianos, estadounidenses, filipinos, kuwaitíes, turcos y chinos.

Un equipo de 24 médicos forenses trabajó toda la noche del jueves al viernes para hacer las autopsias a los fallecidos. Finalizadas las autopsias, que determinan la causa de la muerte en cada caso, se procede a identificar de las víctimas desde el punto de vista científico, es decir, a partir de muestras de ADN, el estudio de la morfología dental y las huellas dactilares.