Si el PSOE deja gobernar a Rajoy, Pedro Sánchez se va. Apenas doce horas antes de que el comité federal del partido inicie hoy, a las nueve de la mañana, una reunión decisiva para el futuro de los socialistas españoles, el cuestionado secretario general, que asume estar ya en funciones, hizo un último intento de reforzar su posición con un mensaje rotundo a los militantes y a los casi 300 delegados del máximo órgano entre congresos que hoy tienen la última palabra sobre su continuidad.

En su primera intervención desde que estallara la que ya es una de las grandes crisis históricas de los socialistas, Pedro Sánchez, que a diferencia de otras convocatorias no intervendrá hoy al comienzo del comité federal, quiso dejar al margen las disquisiciones estatutarias en las que, por ahora, ha encallado la pretensión de los críticos de sustituir por una gestora a la ejecutiva mermada tras la dimisión de diecisiete de sus miembros.

El de hoy es "un debate decisivo, un debate político, no reglamentario", precisó el secretario general antes de acotar el terreno de una discusión que debe dilucidarse "cuanto antes" en un congreso extraordinario para dar voz a la militancia y que el PSOE transite por "un único camino". Sánchez apeló a su origen como cargo elegido por los militantes para defender que "no debe cerrarse esa puerta" a la participación directa.

Hoja de ruta

Sostuvo que hasta ahora no se movió de la hoja de ruta trazada por el comité federal, una orientación que el propio órgano puede modificar, aunque no sin consecuencias. Frente los correligionarios que defienden una abstención del PSOE en el debate de investidura para abrir paso a un gobierno de Rajoy, Pedro Sánchez alerta de que esa decisión "abriría la legislatura del chantaje" y los socialistas quedarían incapacitados para hacer una auténtica oposición al no poder "abstenerse ante cualquier iniciativa" del PP. El cambio del "no" a Rajoy a la abstención sería "una traición a los votantes". Si, finalmente, el máximo órgano entre congresos opta por la abstención, Sánchez anticipa que no podrá "administrar una decisión que no comparto". "Si algo me enseñaron mis padres es que lo único que tengo y lo único que debo preservar es mi palabra y son mis convicciones", enfatizó para dejar constancia de que dejará el cargo si el PSOE adopta un cambio de rumbo. Desde su perspectiva, la disyuntiva es clara y definitiva: "O se monta una gestora, como algunos pretenden, para que lleve al PSOE a que gobierne Mariano Rajoy a través de la abstención, o deciden los militantes en un congreso y mantenemos el 'no' a Rajoy e intentamos un gobierno alternativo de cambio y transversal, como aprobó el Comité Federal. Este es el auténtico debate". La segunda de las opciones se impondría si el comité federal acepta hoy la propuesta de la ejecutiva de elegir al líder del partido en unas primarias el 23 de octubre próximo y celebrar un congreso el 12 y 13 de noviembre. Frente a quienes defienden la inoportunidad de ese cónclave en pleno bloqueo político, y en una contestación directa a la afirmación de la líder andaluza, Susana Díaz, de que "ahora toca España y luego el PSOE", Pedro Sánchez sostiene que "se puede pensar en España y en el PSOE a la vez".