La secretaria de Iñaki Urdangarín, Julita Cuquerella, asumió ayer ante el tribunal que juzga el "caso Nóos" que pagos realizados con la tarjeta de la Infanta Cristina eran suyos. Cuquerella asegura que utilizó la tarjeta bancaria de la empresa Aizoon a nombre de la infanta, sin autorización expresa de ella y sin ser consciente de que era de doña Cristina hasta que ya la había usado para pagar en cuatro o cinco ocasiones.

En su declaración como testigo ante el tribunal que juzga a la infanta Cristina, su marido y otras 15 personas, la secretaria detalló que esa visa a nombre de la infanta cuyos pagos se cargaban a una cuenta de Aizoon estaba guardada bajó llave en un cajón del despacho de la empresa, pero ella tenía los datos apuntados desde que en una ocasión tuvo que utilizarla porque la de Urdangarín estaba caducada.

Cuquerella precisó que nunca hizo "compras físicas" con la tarjeta, pero sí la utilizó para pagos por teléfono o por internet, el primero de los cuales fue para un encargo "muy gordo" de papelería, y desde entonces la utilizó "alguna vez" más en que no llevaba el cuaderno donde tenía anotados los números y claves de todas las tarjetas de Urdangarín. "Yo no sabía que esa tarjeta era de la infanta Cristina, porque ponía Aizoon. Luego sí que ponía Cristina Federica de Borbón y Grecia, pero no fui consciente de que era de la infanta Cristina hasta la cuarta o la quinta vez que la usé", afirmó.

Durante el interrogatorio de más de tres horas, la secretaria detalló que desde que empezó a trabajar para Urdangarín, en abril de 2007, tenía un listado con los números de todas sus tarjetas bancarias: la de una cuenta personal, otra conjunta con la infanta también para gastos personales, la de Aizoon a su nombre y tres para distintas funciones en Telefónica. Además disponía de su pasaporte y DNI y los de sus hijos, así como su número de la Seguridad Social, datos que ha calificado como "de uso frecuente".

Cuquerella explicó que era ella quien decidía si los gastos que realizaban los entonces duques de Palma se imputaban como personales o se cargaban a la empresa Aizoon, salvo aquellos que le indicaba Urdangarín de forma precisa. "Jamás", dijo rotunda, incluyó ningún gasto por indicación de la Infanta. Admite que cometió dos errores al cargar a la empresa el coste de una fiesta infantil de uno de los hijos del matrimonio y un viaje familiar a Brasil, dos de los pagos sobre los que se sustenta la acusación de Manos Limpias de que la Infanta se beneficiaba de Aizoon.

Sobre la factura de una estancia en un hotel de Mataró del matrimonio con dos de sus hijos, explicó que lo consideró gasto empresarial porque asistieron a la boda del hijo de un cliente. Sobre un safari a África dijo que lo pagó con cargo a Aizoon el secretario de las infantas, Carlos García Revenga.