La presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, anunció ayer inesperadamente su dimisión en el cargo, menos de 72 horas después de que la Guardia Civil registrase por orden del juez la sede madrileña de su partido, situada en la primera planta del edificio de la calle Génova donde se encuentra el cuartel general de los populares. En una comparecencia de quince minutos, Aguirre, que seguirá como jefa de filas del grupo popular en el Ayuntamiento de Madrid, aseguró que asume "responsabilidades políticas" por la corrupción e instó al presidente del Gobierno Mariano Rajoy a hacer lo propio.

La dimisión de Aguirre se produce tras las informaciones aparecidas en los últimos días sobre el PP de Madrid. Aguirre reveló que comunicó ayer mismo su decisión a Rajoy y que este le mostró comprensión en el curso de una conversación telefónica cordial. "Llamé a Rajoy y no me cogió el teléfono. Luego le puse un mensaje, que respondió empezando con un 'Te Entiendo'. Y luego me llamó y hemos estado hablando. Las conversaciones, como siempre con Rajoy, han sido de absoluta cordialidad y no deben ser desveladas", dijo.

Aunque Aguirre hizo hincapié en que las últimas noticias sobre la corrupción en el PP de Madrid "no son dogma de fe ni están calibradas y confirmadas", por lo que no hay que darlas por "absolutamente ciertas", sí admitió que los votantes "están en estos momentos indignados" y que "la gente quiere gestos".

No obstante, insistió en que, personalmente, no tiene "ninguna responsabilidad material" en las irregularidades ni puede "estar encausada en nada". "Ni los de Podemos dicen que tenga culpabilidad, pero sí responsabilidad política y como buena británica me gusta asumir la responsabilidad dimitiendo", apostilló.

Granados

Aguirre recordó que su "número dos" en el partido durante años, Francisco Granados, encarcelado por la trama Púnica desde octubre de 2014, fue secretario general del PP de Madrid porque ella lo propuso y el hecho de que un juez lo mantenga en prisión durante tanto tiempo es un dato que la lleva a pensar que "algo grave debe de haber".

Aguirre, quien soltó un rotundo "no he visto una cuenta en mi vida", argumentó que asume su responsabilidad política "in eligendo", por elegir a Granados, e "in vigilando", por considerar que "debería haber vigilado mejor". No obstante, garantizó que en lo que ha vigilado no le consta que haya habido ninguna financiación irregular ni mucho menos ilícita en el PP de Madrid.

Para fundamentar sus mecanismos de control explicó que en esa formación hay un tesorero, un gerente, un secretario general y un contable, al tiempo que precisó que no era ella sino otros los encargados de gestionar los asuntos económicos.

Respecto a Granados, manifestó que las informaciones publicadas hasta ahora parecían afectar a una etapa en la que no estaba al frente del PP de Madrid y solo era alcalde de la localidad de Valdemoro, pero ahora, matizó, parece que tienen relación con la etapa en la que fue secretario general del partido de Madrid, entre 2004 y 2011.

Recado al líder

Ante los casos de corrupción del PP, Aguirre manifestó que Rajoy "debe seguir su camino" en el actual momento de formación del Gobierno de España, y estimó que "él, mejor que nadie, sabe lo que tiene que hacer". Sin embargo, en lo que ha sido interpretado como una invitación a que el presidente del PP nacional asuma sus responsabilidades, agregó que "no es el tiempo ni de los partidismos, ni de los personalismos, sino de los sacrificios y de las cesiones".

Fuentes populares informaron ayer tras la dimisión de Aguirre que la dirección nacional del PP prevé crear una comisión gestora para el partido en Madrid. La gestora, según las fuentes, se encargará de llevar las riendas del partido hasta que se celebre un congreso regional.