Pedro Sánchez y Albert Rivera constataron ayer su sintonía para empezar hoy a negociar un acuerdo de gobierno, pese a que Ciudadanos exige que el pacto sea "a tres", es decir, sin excluir al PP, a lo que el PSOE se opone tajantemente, mientras que C's no quiere participar en un acuerdo en el que figure también Podemos, como quieren los socialistas.

Durante la reunión Sánchez apreció en el líder de C's "buena predisposición" para negociar un acuerdo, que se centra en cinco temas: políticas sociales y desempleo, regeneración política y lucha contra la corrupción, reforma de la Constitución, economía y política fiscal y, por último, política exterior y europea. Los equipos negociadores empiezan a trabajar hoy.

El líder socialista dijo que había detectado "espacios comunes donde PSOE y Ciudadanos se pueden entender", pese a las evidentes discrepancias que mantienen: por ejemplo, sobre el contrato único que Rivera defiende y que Sánchez criticó abiertamente antes de las elecciones generales.

Pero ayer ambos líderes prefirieron hablar "de lo que nos une" y dejaron para más adelante cuestiones más espinosas; por ejemplo, si se tratará de un gobierno de coalición o de los socialistas en solitario.

El secretario general del PSOE afirmó, eso sí, que quiere que sea "lo más representativo posible", sin "vetos a siglas ni a ideologías", excepción hecha del PP. Una "línea roja" que Rivera no quiso convertir ayer en un obstáculo para las negociaciones, aunque es consciente de que lo es.

Para Rivera, es "necesario" contar con el PP porque fue el partido más votado y goza de mayoría absoluta en el Senado.

Por esta razón, simultáneamente, C's y los populares iniciarán la próxima semana su propia bilateral negociadora. Y Rivera advirtió que no habrá ninguna posibilidad de alcanzar acuerdos si populares y socialistas no abandonan la "guerra fría".