El presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco Varela, dio ayer un tirón de orejas al Gobierno al criticar la "persistencia" del paro, la falta de atención a los inmigrantes, la ausencia de protección a la familia y de una calidad de la enseñanza que "deja que desear". Pero, sobre todo, el cardenal exigió la "reforma urgente" de la ley del aborto y del matrimonio homosexual.

Además, indicó que los pasos dados en estos meses hacia la resolución de estos "graves" problemas son "todavía insuficientes". Rouco siguió en este sentido el posicionamiento del arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, quien el pasado 25 de marzo, en la celebración del Domingo de Ramos, cargó contra el Gobierno de Rajoy por no haber puesto en marcha tras año y medio la reforma de la ley del aborto heredada del Ejecutivo de Zapatero.

Anoche, el ministro Alberto Ruiz-Gallardón se apresuró a anunciar que la reforma será realidad muy pronto y advirtió de que en adelante para interrumpir el embarazo no bastará con alegar peligro para la vida de la madre, sino que además deberá ser acreditado.

"Persiste la crisis económica con su cortejo de paro y de falta de medios para hacer frente a los compromisos contraídos en la adquisición de viviendas o a la debida atención a los ancianos y a los emigrantes", subrayó.

"Persiste la desprotección legal del derecho a la vida de los que van a nacer y persiste una legislación injusta sobre el matrimonio. Persiste la ausencia de protección adecuada para la familia y la natalidad, en especial para las familias numerosas", denunció el presidente cardenal arzobispo de Madrid.

"No es fácil entender que todavía no se cuente ni siquiera con un anteproyecto de ley que permita una protección eficaz del derecho a la vida", dijo. "Durante los años de vigencia de la actual legislación, en contra de lo que se había afirmado, el número de abortos ha seguido creciendo hasta alcanzar cifras escalofriantes", subrayó

Rouco exigió una reforma urgente y en profundidad de la ley mediante la protección de la maternidad y el fomento de la natalidad. Asimismo, consideró "urgente la reforma de la legislación sobre el matrimonio", no para "privar a nadie de sus derechos", sino para recuperar una definición que no ignore la "especificidad" del matrimonio entre hombre y mujer.

"Se trata de proteger un derecho tan básico de los niños como es el de tener una clara relación de filiación con un padre y una madre", dijo.