Los Reyes, Don Juan Carlos y Doña Sofía, presidieron ayer en la Plaza de Lima de Madrid, con motivo de la Día de la Fiesta Nacional, una parada militar con nuevo formato y en la que el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, fue recibido y despedido con silbidos y abucheos. En esta ocasión, se estrenó un nuevo recorrido desde la Plaza de Cuzco hasta la zona de Nuevos Ministerios. Como es tradicional, las unidades más aplaudidas por el público fueron la Guardia Civil, la Legión y los Grupos de Regulares de Ceuta y Melilla. Más de 4.200 militares, 209 vehículos y 58 aeronaves de las Fuerzas Armadas participaron en el desfile con motivo del Día de la Fiesta Nacional.

Los gritos al presidente del Gobierno procedieron de las gradas situadas en los laterales de las tribunas de la autoridades e invitados, las mismas que increparon a la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, cuando llegó a la plaza de Lima. Ese mismo sector del público silbó al jefe del Ejecutivo en varias ocasiones a lo largo del desfile y pronunciaron gritos de "Zapatero, dimisión" y "Zapatero, fuera".

La parada miliar contó con la participación de más de 4.200 militares, 209 vehículos y 58 aeronaves. Además de estrenar nuevo recorrido desde la Plaza de Cuzco hasta la zona de Nuevos Ministerios, se estableció un nuevo formato con la exhibición aérea intercalada en el desfile terrestre. Fueron desplegados 3.852 militares en el desfile terrestre y 355 efectivos en la exhibición aérea, lo que supone un total de 4.207 militares, 400 menos que en la edición anterior. Los Reyes, Don Juan Carlos y Doña Sofía, llegaron a las 10.30 horas, acompañados por los Príncipes de Asturias, a la madrileña plaza de Lima para presidir el desfile con motivo de la Fiesta Nacional.

La llegada de los Reyes vino precedida por la vicepresidenta primera del Ejecutivo, María Teresa Fernández de la Vega, que fue recibida con silbidos y abucheos procedentes de las dos gradas de público situadas en las inmediaciones de las tribunas de autoridades e invitados. Por cuarto año consecutivo, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, volvió a ser recibido con silbidos y abucheos desde las mismas gradas que increparon a De la Vega.

Al desfile asisitieron 14 de los 17 ministros del Gobierno y diez presidentes autonómicos, incluidos los presidentes de Ceuta y Melilla, Juan Jesús Vivas y Juan José Imbroda. Junto a ellos estuvieron presentes el consejero de Interior vasco, Rodolfo Ares.

Los Reyes y los Príncipes, acompañados por los Duques de Palma y la Duquesa de Lugo, saludaron a su llegada al jefe del Ejecutivo, Rodríguez Zapatero, a la ministra de Defensa, Carme Chacón, a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y al alcalde de la capital, Ruiz Gallardón.

Tras el saludo, el Rey, ataviado con el uniforme de capitán general del Ejército de Tierra, recibió honores de un batallón de la Guardia Real y pasó revista a la fuerza antes de situarse con el resto de la Familia Real y el Gobierno en pleno en la tribuna de autoridades.

Los actos comenzaron con el izado de la bandera nacional, que había sido llevada hasta la céntrica plaza madrileña por un equipo de la Patrulla Acrobática Paracaidista del Ejército del Aire, que se lanzó desde el aire desde un avión C-212 de la fuerza aérea.

El momento más emotivo del desfile lo protagonizó el homenaje a los que dieron su vida por España, en el que participaron 38 familias de militares y guardias civiles fallecidos este año en actos de servicio.

Durante el desfile terrestre se conmemoró el vigésimo aniversario de la partición española en misiones de paz con la exhibición la bandera de la ONU, la OTAN y la Unión Europea, acompañadas por los guiones y banderines de las más de 30 unidades de las Fuerzas Armadas, desplegadas desde 1979 en operaciones de paz.