Efe / roquetas de mar

La camarera de una cafetería situada frente al cuartel de la Guardia Civil de Roquetas de Mar, donde el pasado 24 de julio murió un detenido, aseguró ayer que vio a la víctima "empujar y agredir a los agentes", tras lo que éstos respondieron "con patadas y puñetazos". A la joven, que optó por mantener el anonimato, le impresionó que, aunque la víctima, Juan Martínez, era "fuerte", interviniesen en la paliza "muchos agentes frente a uno solo, porque cada vez salían más, por lo que acabaron ganando".

La testigo relató que el detenido intentó escapar en varias ocasiones y que se lo impidieron los guardias civiles, aunque no vio ni que Martínez llevara esposas ni que en la agresión se utilizasen porras.

"No todos los agentes pegaban, pero sí la mayoría, que propinaba patadas y puñetazos, aunque no pude ver en qué parte del cuerpo porque estaba tirado en el suelo. Nadie hizo un gesto para que parasen hasta el final, cuando se llevaron las manos a la cabeza como diciendo `¡Dios mío! ¿Qué ha pasado?", apuntó.

Según su versión, la agresión se prolongó aproximadamente durante 40 minutos, a los que siguieron otros 20 de maniobras de reanimación infructuosas. En su opinión, en esta actuación pudieron romperle el esternón, aunque cree que el fallecimiento se produjo "por la paliza, por culpa de los agentes".