Además de investigar las causas del colapso, la situación del paseo marítimo urge revisar su estado al completo. "Lo recomendable y prudente ahora es una inspección general, que llevará su tiempo y puede ser costosa", plantea el catedrático de Ingeniería de los Materiales Pedro Merino, profesor emérito de la Universidad de Vigo y presidente del centro tecnológico Aimen.

"La estructura ha estado expuesta a una gran agresividad prácticamente durante 20 años y es posible que la corrosión haya debilitado la armadura de metal que mantiene la estructura de hormigón. Pero si el fallo fue de los pilares estaríamos ante un error de cálculo. En cualquiera de los casos, es necesario un análisis exhaustivo para poder sacar conclusiones", señala Merino, que pasea habitualmente por la zona y celebra que "afortunadamente no haya habido fallecidos".

En todo caso, el experto cree que si el desplome de la estructura de cemento que sostenía la pasarela de madera se debiese a un mal diseño el paseo habría colapsado antes: "Da la impresión de que el accidente se debe al mantenimiento. La corrosión actúa de forma muy lenta y la estructura se va debilitando. Son zonas ocultas y la agresión marina podría haber reducido la resistencia de la estructura. Podría haber fallado el año que viene o dentro de dos". Los refuerzos metálicos de acero o hierro permiten que las vigas transversales de hormigón soporten los esfuerzos de flexión y tracción a los que se ve sometido el paseo.

El ingeniero desconoce si las barras de metal fueron sometidas en su día a un proceso de pasivación para protegerlas y aumentar su resistencia. "El entorno marino es extraordinariamente agresivo y a eso hay que unirle el clima vigués de lluvias y nieblas. Lo frecuente en este tipo de estructuras es instalar unos testigos que se revisan cada 4-5 años para conocer su evolución. También desconozco si existían en este caso. Siempre hay degradación, lo importante es si la velocidad se ajusta a la prevista inicialmente", destaca.

Resonancia

Otros ingenieros consultados por FARO apuntan a la "resonancia" como otro de los factores que han podido influir en el derrumbe. La resonancia es un fenómeno que se produce cuando un sistema capaz de vibrar u oscilar es sometido a la acción de una fuerza periódica externa, cuya frecuencia de vibración coincide con alguna de las frecuencias naturales del sistema. El sistema vibra aumentando progresivamente la amplitud del movimiento, pudiendo colapsar grandes estructuras como puentes (de hecho, se utiliza como ejemplo el derrumbe del puente Tacoma en 1940, que se vino abajo por unas rachas de viento de apenas 64 km/hora). En el caso de As Avenidas, no descartan que las vibraciones por los saltos del público y la música acabasen por afectar a la estructura de hormigón del paseo.

Serán los informes periciales los que a la postre esclarezcan los porqués del desplome.