Sacudida accionarial

El Estado se refuerza en el Ibex: Telefónica entra en el club de Aena, Caixa, Indra, Redeia, Enagás e IAG

La irrupción de la SEPI en el capital de la teleco como mayor accionista con hasta un 10% completa las inversiones públicas en empresas cotizadas por más de 23.000 millones.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño. / EP

David Page

El Estado se dispone a reforzar su poder en el Ibex 35 y lo hará por todo lo grande, convirtiéndose en el principal accionista de la que el Gobierno considera la “compañía más estratégica” de España. El Consejo de Ministros ha dado orden al holding público SEPI de comprar hasta un 10% de Telefónica para conformar un nuevo núcleo duro español en la teleco junto a Caixabank-Criteria y BBVA y contrarrestar la irrupción de Arabia Saudí en el grupo con un plan de dominar hasta un 9,9%.

El golpe de timón del Gobierno costará más de 2.000 millones -con la subida que la teleco está registrando hoy en bolsa ese 10% se ha encarecido ya por encima de los 2.100 millones- y se convertirá en una de las grandes inversiones estatales en el Ibex.

Telefónica, antiguo monopolio público y privatizada plenamente hace cuarto de siglo, entrará de un plumazo al club de los grandes del Ibex con el Estado en su accionariado: Aena (con el 51% a través del grupo Enaire), Caixabank (con un 17% a través del Frob tras la integración de Bankia), Redeia (20%), Indra (28%), IAG (2,52%) y Enagás (5%), las cuatro últimas con participaciones también de SEPI. Una de cada cinco empresas del Ibex ya tiene al Estado como accionista.

Cuarta mayor inversión estatal

Las participaciones estatales a través de diferentes sociedades y órganos institucionales superan un valor conjunto de 23.000 millones de euros. El paquete de Telefónica (2.100 millones) será la cuarta mayor inversión del Estado, por detrás del grupo aeroportuario Aena (más de 12.400 millones), Caixabank (5.080 millones) y, fuera del Ibex, el grupo aeronáutico Airbus (con un 4,1% del capital y un valor de más de 4.500 millones).

La operación es la confirmación de la apuesta del Gobierno español por garantizar la estabilidad accionarial, la autonomía y su propia ascendencia sobre compañías estratégicas vinculadas con la defensa, la seguridad nacional y las tecnologías punteras (pasó con Indra y ahora con Telefónica) y llega en un contexto global en que el terremoto geopolítico actual y las tensiones tradicionales entre EEUU y China están alumbrando una nueva etapa de proteccionismo en sectores que se consideran clave.

De hecho, la propia SEPI ya ha protagonizado en el último año movimientos corporativos para velar por la españolidad y por el control de empresas que se consideran estratégicas. El holding público ha elevado su participación en la tecnológica Indra, que el Gobierno quiere impulsar el gran grupo nacional de defensa, y ya controla casi el 28% tras comprar la participación de Corporación Financiera Alba, de la familia March.

SEPI es el brazo inversor con el que el Estado controla multitud de empresas total o mayoritaramente públicas, como Correos, Navantia, RTVE, Agencia Efe, Tragsa o Enusa. El holding también controla participaciones minoritarias en grupos de sectores estratégicos, tanto cotizados como no cotizados, como el grupo aeronáutico Airbus (4,12%), Alestis Aerospace (24,05%), Ebro Foods (10,36%), Enagás (5%), el grupo de residuos nucleares Enresa (20%), el grupo de satélites Hispasat (7,41%), el grupo aéreo IAG (2,53%) o el gestor del sistema eléctrico Redeia (20%).

El regreso del Estado a Telefónica

La adquisición de esa participación supondrá el regreso del Estado al capital de Telefónica 24 años después. Durante los noventa, los gobiernos de Felipe González y José María Aznar diseñaron y ejecutaron varios proceso de privatización que quedaron formalmente concluidos en 1997, pero que se completaron definitivamente hasta la venta en 1999 de la última participación pública residual del 0,2% que aún quedaba.

El regreso del Estado español al capital de la compañía emula las participaciones directas que tienen otros Gobiernos europeos en sus grandes telecos: Alemania ostenta un 13,8% del capital de Deutsche Telekom; Francia dispone de un 13,4% en Orange; e Italia ha adoptado un acuerdo para incrementar hasta el 20% su participación en la compañía que agrupa los activos de telefonía fija de Telecom Italia.

La entrada de SEPI permitirá conformar un reforzado núcleo estable de socios españoles en su intento de blindar el control de un grupo que el Gobierno considera estratégico, por su vinculación con defensa y la seguridad nacional y por su papel clave en el sector de las telecomunicaciones y la tecnología. El holding público ha comprometido su “vocación de permanencia” para proporcional “mayor estabilidad accionarial”.

El nuevo núcleo duro de accionistas españoles lo integrarían la propia SEPI con esa participación de hasta el 10%, junto a los dos grandes socios que han venido dando estabilidad accionarial a la compañía y que tienen intención de seguir haciéndolo: BBVA (4,87%) y Caixabank (3,5%, que suma otro 2,5% en manos Criteria, el brazo inversor de Fundación Caixa). La suma de los tres paquetes superaría el 20% del capital de la teleco y desbordaría con creces el 9,9% al que aspira controlar Arabia Saudí.