La ponencia estrella de la segunda jornada de O Encontro corrió a cargo del presidente ejecutivo en Corporación Hijos de Rivera, Ignacio Rivera.
— Repite su presencia en O Encontro, ¿cómo valora este foro?
— Que haya iniciativas como estas son vitales para Galicia. Escuchar a los jóvenes y diferenciarnos como región y como zona. Tenemos que apoyar las necesidades que tienen los jóvenes, de logística, de transporte, fiscales… El Gobierno debería tomar buena nota.
— ¿Qué cree que le falta a Galicia para crecer de la mano de nuevas empresas?
Creo que hay que centrarse, que no es un tema de aceleradoras o de buscar inversión. Es algo más de ecosistemas, porque creo que las universidades tienen que estar cerca de las startups, como la propia iniciativa de Cesuga, que está intentando conectar startups con el mundo universitario. Los universitarios salen, pueden entrar en una, emprender ahí, ayudarlos… Ese ecosistema es el que hace el milagro, no que venga alguien con dinero en una aceleradora. Es más que la gente se encuentre, como aquí, que se genere el talento y que se invierta en generar estos ecosistemas.
— Ecosistema, talento, propósito… Han sido palabras claves en O Encontro. También el COVID y sus efectos. ¿Cómo está Estrella Galicia pasado lo peor de la pandemia?
— Hemos superado muy bien el COVID, porque la verdad es que fuimos de los que menos sufrimos. También fue clave lo de los ERTE, que hizo que la gente estuviese en la calle e hizo que los distribuidores también saliesen. Ahora estamos ya con un plan inversor de 650 millones, el más potente de nuestra historia, haciendo la fábrica de Morás, otra en Araraquara [Brasil]… Intentando ganar capacidad productiva porque las cosas han ido bien, pero sin perder esa cocina, ese artesanazgo que llevamos a cabo. En el caso de Morás va a ser la misma agua y en el caso de Araraquara hemos encontrado un agua muy parecida a la de A Coruña. Es un plan muy ambicioso, con el que soñamos llegar a los 1.000 millones de euros [en 2024], y la verdad es que es mucho trabajo.
— Sobre las nuevas fábricas, ¿ese requisito del agua ejerce de barrera para dar el salto a otros países?
— El agua es importante. Por ejemplo, en Brasil hemos estado en tres ubicaciones antes y no hemos conseguido instalarnos ahí hasta que hemos encontrado este acuífero de Guaraní, el famoso que hay allí y pasa por Araraquara, una ciudad con universidad y atractiva para atraer recursos y talento a su alrededor. Aunque nuestro objetivo no es el de tener muchas fábricas, si jugásemos a tener muchas al final venderíamos más, pero perderíamos esa esencia de ser los más queridos. Brasil es una aventura y junto a la ampliación de esta segunda unidad de A Coruña ya son sueños suficientemente relevantes, para mi generación por lo menos. La siguiente que haga lo que le toque.
— Mencionando su ponencia, ¿cuál es el futuro de la bebida?
— Primero, la digitalización está ahí. En China, por ejemplo, más del 50% de las ventas están siendo a través del e-commerce, cosa que no está ocurriendo en Europa. Y eso es futuro. También lo es el ser “carbón neutral”, tener emisiones cero y esa sensibilidad con las personas y la diversidad, porque tampoco encontrarían talento. Luego, el seguir innovando, como en la nutrición, porque hasta se pueden hacer medidas medicinales, con una base de cerveza que, por ejemplo, te ayuda a bajar el colesterol. ¿Por qué no? Yo creo que va por ahí, son pruebas que estamos haciendo y la tendencia es que las bebidas sean algo más que para quitar la sed, que tengan un valor añadido.
— ¿Cómo acabará Estrella Galicia este año?
— Es un año complejo, pero acabaremos bien. Estamos afectados por la falta de suministros, como todos los sectores, por la guerra y con unos costes elevadísimos de la logística en todo lo que es nuestra internacionalización. Pero creo que va a ser un verano bueno, donde va a haber mucho turismo en España porque la gente también está harta y quiere salir. Vamos a seguir creciendo a dos dígitos, que es lo nuestro y esperamos que este segundo cuatrimestre sea también fantástico. Luego ya quizá empecemos el próximo año un poco más duro, porque creo que se va a recrudecer este momento expansivo, con la crisis que viene y la inflación.
— ¿Cree que será algo más estructural que coyuntural?
— Creo que sí, que será una crisis de dos o tres años. La inflación hace mucho daño a la economía, sobre todo a las clases medias y son las que soportan el consumo.
