Aragón sigue en la carrera por la anhelada gigafactoría de baterías para coches eléctricos que el grupo Volkswagen estudia instalar en algún punto de la geografía española. Se trata del mayor plan de este tipo que se impulsa en el país, con una inversión prevista de 2.000 millones de euros (una parte importante de ellos procedentes de los fondos europeos de reconstrucción) y la creación de entre 3.000 y 5.000 puestos de trabajo. En la pugna por este proyecto estrella suenan también como favoritas la Comunidad Valenciana y Extremadura, pero parecen haberse caído el resto de candidatos que figuraban en las quinielas iniciales, como Cataluña y Navarra, don de esta compañía automovilística produce ahora sus vehículos, en las plantas de Martorell y Landaben, respectivamente.

La decisión sobre dónde se ubicará seguirá coleando hasta marzo o abril, cuando se acabe de perfilar el proyecto tras estudiar todas las opciones. La producción de baterías comprende seis etapas: extracción de mineral en las minas; preparación y mezcla del material activo (litio); creación de electrodos (ánodos y cátodos); ensamblaje de las celdas; de los módulos de celdas; y de baterías. En todo este proceso, las nuevas instalaciones que la multinacional alemana ha puesto en marcha recientemente en Martorell y El Prat para impulsar la electrificación de los automóviles que produce podrían albergar los tres últimos eslabones. Los tres primeros se podrían repartir entre Extremadura, Valencia y Aragón.

“No está nada decidido todavía en absoluto. Oficialmente no hay nada cerrado”, aseguran fuentes conocedoras del sector. “Volkswagen siguen haciendo hipótesis, estudios y planteamientos, lo que ocurre es que todo el que tiene interés quiere dar por cerrado el tema arrimando el ascua a su sardina”, señalan en referencia a las informaciones que dan casi por segura que la ubicación de esta importante instalación será Sagunto (Valencia).

Desde el Clúster de Automoción de Aragón (Caar) apelan a la “serenidad, constancia y perseverancia” para que la comunidad pueda cumplir el sueño de hacerse con una inversión de esta magnitud, que de quedarse aquí garantizaría el futuro del sector del motor y con ello el mantenimiento de un elevado volumen de empleo industrial de calidad.