En apenas un mes, la agónica situación de los astilleros de Ferrolterra por la falta de carga de trabajo ha dado un giro con nuevos proyectos con los que garantizar el empleo de la plantilla y de sus auxiliares. A principios de junio fue el acuerdo de Navantia con Imatech para fabricar turbinas de vapor en la planta de Ferrol. Esta misma semana le siguió una alianza de la empresa naval pública con Enagás para fabricar electrolizadores para plantas de hidrógeno. Y ayer llegó un nuevo balón de oxígeno para los astilleros ferrolana de la mano de Iberdrola con la firma de un acuerdo de colaboración con Navantia y Windar para la fabricación en Fene de 130 cimentaciones tipo monopile XXL entre 2023 y 2025 para futuros parques eólicos marinos. Con una inversión prevista de 400 millones, Iberdrola, líder energético global y el primer productor eólico, se asegura el suministro preferente de una parte de estos componentes para los próximos años y evita tener que hacer frente a un posible cuello de botella por el auge del sector offshore.

A partir de la firma, el consorcio formado por Navantia y Windar pondrá en marcha una fábrica de monopiles XXL en terrenos del astillero de la empresa naval pública en Fene. La construcción de esta fábrica permitirá la mejora de las capacidades del astillero de Navantia en Fene, dotándolo de un nuevo producto dentro del sector de las cimentaciones marinas fijas.

La nueva fábrica de estos monopiles XXL, con cimentaciones de más de 100 metros de longitud y hasta 2.500 toneladas de peso, estará disponible en un plazo de 13 meses y se situará en una parte de la instalación del astillero de Fene, sin interferir con los medios productivos destinados a la construcción de otros productos de eólica marina, como son jackets y estructuras flotantes, según informaron ayer las tres compañías en un comunicado conjunto. Hasta ahora, esta diversificación no era posible porque la fabricación de monopiles requiere de unas instalaciones muy específicas. La inversión proyectada por Windar-Navantia, que podrán suministrar a clientes ajenos a Iberdrola, incluye la adaptación de una nave para curvar chapa de gran espesor y hasta 16 metros de diámetro, nuevas cabinas de pintado y zonas de almacenamiento para producto terminado, así como equipos de última tecnología necesarios para la fabricación.

Con esta alianza, Iberdrola afianza una relación de más de siete años con Navantia y Windar, que entre ambos suman contratos de eólica marina por un valor cercano a 1.300 millones.