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lorenzo amor | Presidente de la Federación Nacional de Organizaciones de Autónomos (ATA)

Lorenzo Amor: “Muchos autónomos se han quedado desnudos, lo empeñaron todo”

Lorenzo Amor, en el Pazo de los Escudos esta semana en Vigo. | // PABLO HERNÁNDEZ GAMARRA

A medio camino entre la esperanza y la prudencia, Lorenzo Amor prefiere hablar de “rebote” de la economía y no de recuperación. “Es que si lo comparamos con abril del año pasado, cuando el 90% de los comercios estaban cerrados...”, recuerda, convencido de que es “ilógico” decir lo contrario “por las personas que lo dieron todo” para resistir la pandemia. El presidente de la Federación Nacional de Organizaciones de Autónomos (ATA) habla maravillas de Galicia, a donde vino para analizar el futuro del turismo de la mano de la Confederación de Empresarios de Pontevedra (CEP). Es de los que marcan las distancias con la crisis de 2008 porque los bancos pueden ayudar, las empresas llegaron ligeras de deuda y el ahorro familiar es un tesoro.

–Y un acelerante para la reactivación. Las previsiones de crecimiento son cada vez mejores.

–No podemos dejar de reconocer la importante reactivación en este momento de la actividad económica, el empleo y el consumo, pero hay que ser prudentes porque el tejido empresarial está muy, muy tocado ni voy a cometer la irresponsabilidad de decir que vencimos al virus como se aseguraba el verano pasado. El virus se vence con vacunas, no por decreto. Lo que vimos en mayo con el empleo es lo que se ve un mayo sin pandemia, pero quiero ver la evolución en octubre. Muchos autónomos se quedaron desnudos, lo tuvieron que empeñar todo, su casa, pedir dinero prestado a la familia, aplazar pagos y eso hay que devolverlo.

–A diferencia del régimen general, el de autónomos sí alcanzó en mayo los niveles prepandemia en Galicia. ¿A qué achaca esa ventaja?

–Son datos positivos, pero todavía tenemos 442.000 autónomos en España en cese de actividad.

–Como asalariados en ERTE.

–Efectivamente. Pero la proporción de trabajadores en ERTE es del 4% sobre el empleo y la de los autónomos en cese el triple. No olvidemos que para cobrar la prestación hay que estar dado de alta. También es verdad que hay otras comunidades en una situación tan compleja como Galicia y no tienen los mismos resultados positivos.

–¿Ser autónomo vuelve a ser un refugio para el autoempleo?

–Ni mucho menos. Los autónomos han tenido una capacidad de aguante tremenda. La ayuda ha sido escasa y, a veces, con dificultades para acceder a ella. Han servido para aguantar.

–Que no es poco teniendo en cuenta qué tipo de crisis es esta, ¿no?

–No es poco. Y yo fui el primero en reconocer la respuesta hacia el colectivo por parte de la Xunta. Galicia fue una de las comunidades que reaccionó. No opino igual de la última línea de ayudas directas de 7.000 millones, llena de zancadillas y a la que desgraciadamente muchos no van a poder acceder.

–En cualquier caso, la crisis de los autónomos viene de mucho antes de la pandemia.

–Es verdad que existía una desaceleración antes de 2020 en el crecimiento de en torno al 3% que venía experimentando España y que los autónomos arrastraban una situación compleja. Cada año se perdían casi 5.000 comerciantes.

–¿Y es pérdida es coyuntural o porque no se actualizan?

–Es un problema de cambio de hábitos. Cuando la mitad de la población compra al menos una vez al mes a golpe de clicks, el comercio de proximidad lo siente. Es verdad que había más sectores con caídas y que otros, como el transporte, la construcción y las actividades profesionales, crecían. Los freenlance ganan peso. ¿Por qué? En muchas localidades de esta Galicia profunda ya no hay entidades financieras y hay un freelance que representa al banco.

–De hecho, en el colectivo falta relevo generacional. Los autónomos menores de 35 años se desplomaron a la mitad en Galicia desde 2008. ¿Qué está sucediendo?

–Perdemos muchas oportunidades con el cierre de locales rentables por falta de relevo. Es una asignatura pendiente que tenemos las administraciones y todas las organizaciones. Saber enlazar a los jóvenes, que tienen casi un 40% de tasa de paro, con las personas mayores que no tienen quien se quede con su bar, su estanco, su negocio.

–¿Cómo se puede enlazarlos?

–Creando una red entre esas personas que deciden jubilarse y los jóvenes que demandan un empleo. Las administraciones deben buscar un mecanismo.

–Hay opiniones de todo tipo sobre la propuesta de reforma de cotizaciones. Usted es muy crítico. ¿Es necesario ir a un sistema de cotización por ingresos reales?

–Es necesario que los autónomos que ganan menos, coticen menos, y los que ganan más, coticen un poco más. Pero por arriba, sin perder la voluntariedad.

–¿El problema está por arriba?

–Evidentemente está por arriba. Por abajo hay que bajar la cotización. Pero eso no es nuevo. Llevamos muchos años diciendo que el autónomo con ingresos que no llegan al SMI deberían pagar la tarifa plana.

–La mitad del colectivo en Galicia gana menos de 16.000 euros y en los nuevos tramos paga menos.

–Yo estoy dispuesto, no de ahora que se habla de cotización por ingresos reales, que todo aquel que no llegue al SMI cotice menos.

–¿Qué pasa por arriba entonces?

–Tanto por arriba como por abajo se parte del error de asemejar el salario de un trabajador con el rendimiento neto de un autónomo. Voy a la propuesta que hizo el Gobierno y que, por cierto, era un borrador de un acuerdo de pensiones que no estaba negociado y se retiró. Ahí se fijaba que un autónomo con 49.000 euros tendría que cotizar 1.200 euros al mes. En un asalariado es lógico, pero un autónomo usa esos 49.000 euros para afrontar, por ejemplo, un impago. Un millón de autónomos sufrieron morosidad en 2019. ¿De dónde sale el aguante del colectivo en esta situación de la COVID-19? Tirando de ese rendimiento, de donde salen todos los gastos que Hacienda no te permite deducir, incluidos los préstamos personales.

–¿Hay un millón de autónomos en España que pagan más cuota de lo que les queda de rendimiento?

–Precisamente el millón que genera actividad y empleo.

–¿Qué habría que cambiar? ¿Cuotas o lo que es el rendimiento?

–Lo primero es una campaña de sensibilización que llevamos demandando desde hace tres años para explicar a los autónomos que con lo que están pagando les queda 700 euros. Con el pago de la prestación por cese, la Seguridad Social ha perdido una oportunidad de mandar una cartita a ese millón y medio de autónomos para informales de que con sus cotizaciones de 286 euros les corresponde 661 euros y que si hubieran pagado 336 la prestación llegaría a casi 900 euros.

–¿Confía en un acuerdo?

–Para que haya un acuerdo esto no puede ser, como se mandó a Bruselas, un sistema con afán recaudatorio, sino justo y equilibrado.

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