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Bloque de viviendas en obras en Vigo el pasado mes de diciembreMarta G. Brea

El “stock” de vivienda nueva en Galicia anotó mínimos históricos el año pasado

El territorio gallego aún suma 19.375 pisos sin usar disponibles ubicados en las principales ciudades y en la costa tras años tratando de absorber los excesos previos a la crisis de 2008

Galicia alcanza su mínimo histórico en stock de vivienda nueva, desde que se tienen registros, y se sitúa por debajo del umbral de las 20.000. A cierre de 2020, el territorio gallego totaliza 19.375 viviendas nuevas en Galicia, un 7,3% menos respecto al año anterior, según los datos facilitados por la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein).

Lejos de ser una mala noticia, el bajo índice de vivienda sin usar en stock es, como otras tantas, herencia de la crisis del 2008 y de los “excesos cometidos entre el periodo de 2002 y 2009”, explica el presidente de Fegein, Benito Iglesias. El motivo para este mínimo histórico “no es porque se haya vendido mucho sino que se ha construido poco desde la crisis inmobiliaria”.

La vivienda nueva promovida durante aquellos años de bonanza de la construcción llenó las principales ciudades del territorio gallego y sus costas, principalmente. La oferta de vivienda nueva en las grandes ciudades se fue drenando y, a partir del verano de 2018, la tendencia fue positiva. “Fue el primer año en el que hubo un buen comportamiento, cuando la vivienda residencial nueva se empezó a drenar”, detalla. También el periodo estival de 2019 fue positivo y se esperaba repetir el mismo optimismo en 2020, pero todo quedó paralizado por el coronavirus.

De hecho, reflejo de tal tendencia es que las provincias de Pontevedra y A Coruña aglutinan el grueso del inventario de pisos sin usar, con 6.400 y 8.650, respectivamente. Coincide con las zonas en las que más se construyó, en Rías Altas y Rías Baixas, detalla Iglesias, las zonas más turísticas. También se construyó mucho en concellos del interior, como Porriño “que duplicó tamaño”, Ponteareas o Nigrán. Le siguen en la lista Ourense, con 2.475 viviendas y Lugo con la cifra más baja de la comunidad, 1.850 en total.

Por la otra parte, el stock de vivienda usada, fluctúa, por eso no hay un registro detallado. Sin embargo, se constata que durante los años de más crisis es cuando más vivienda usada sale a la venta. En Galicia, prácticamente el 80% de los pisos que se venden son de segunda mano y el motivo detrás de ello es que hay muy poca vivienda nueva. “La crisis del 2008 lastró la nueva promoción de viviendas, por eso hay muy poco stock”, explica Iglesias.

  • “No es que se haya vendido mucho sino que se ha construido poco”

    Benito Iglesias - Presidente de Fegein

Sin contar los datos de este último año, se observa una ralentización en la reducción de stock de vivienda nueva en Galicia. Se produce a dos velocidades. Entre 2012 y 2016 el stock caía a un ritmo que ronda el 8%. Ya desde 2017 la disponibilidad de vivienda nueva se contrae a un ritmo del 5%. “Hay que matizar que este descenso del stock en la comparativa interanual viene dado por el resurgir de la demanda en vivienda de costa gallega para su derivación al mercado de arrendamiento de vivienda vacacional”, apunta el presidente de Fegein. Tras estos años en los que se ha absorbido el inventario de vivienda nueva, Iglesias avanza, “estamos en el momento óptimo para tener una nueva posibilidad porque se ha reducido la mayor parte del stock”, pronostica Iglesias.

En su opinión, esas viviendas sin usar que siguen sin comercializar a pesar del paso de los años serán difíciles de vender. “En todo este tiempo se comercializó lo que mejor se vendía. Lo que queda sin vender ahora o es muy caro o se encuentra en zonas sin demanda o las edificaciones no gustan”, analiza el presidente de Fegein. “Parte de ellas están ubicadas en la costa, deben corregir precios y actualizarse al mercado. Si no conseguiste venderla en los buenos años, tendrás que venderla con plusvalía porque es bueno que desaparezca”, recomienda Iglesias.

En un paso más Iglesias constata un cambio de gustos del consumir así como un nivel de exigencia mayor a la hora de comprar un inmueble. Esos pisos de 40 metros cuadrados ya no son una opción real para muchos compradores. Ahora quieren pisos amplios, buscan terrazas, comodidad y, desde la pandemia, ubicaciones lejos del centro de las ciudades.

El momento actual se configura como una oportunidad “para volver a promover con coherencia en las necesidades de las familias equiparando los precios a la renta per cápita de los gallegos”, opina Iglesias. Y pone sobre la mesa la posibilidad de recuperar “la colaboración público-privada y en sus tres vertientes que marcan el iprem de las familias, es decir, en régimen especial, general y concertado”. Según Iglesias se avecinan buenos años con promociones nuevas en Vigo.

Un polo de inversión extranjera

En este marco es importante colocar a Galicia en la ruta de la inversión inmobiliaria extranjera, para crear un sector competitivo. Así lo apuntan desde Fegein. Su presidente, Benito Iglesias, opina que el sector inmobiliario “y el turismo deben ir de la mano para asegurar un crecimiento económico exponencial necesario”. El sector inmobiliario gallego quiere ponerse las pilas para evitar que los grandes fondos de inversión marquen la hoja de ruta y que se focalicen las inversiones hacia el norte de Portugal de manera reiterada. “Debemos marcar la pauta nosotros mismos y no dejar el terreno abonado a los fondos de inversión”, dice Iglesias. La crisis sanitaria han provocado un mayor descenso en Galicia de las transacciones de vivienda por parte de extranjeros, del 24,6%, frente al 16,7% de la media nacional. Actualmente, los vecinos del norte de Portugal son los principales inversores extranjeros en Galicia. “Hemos reducido el stock de vivienda nueva a mínimos”.

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