El sueño de juventud de José María Rossell Recasens, uno de los empresarios más importantes del sector turístico en Andalucía, era llegar a director de un gran hotel, “a ser posible de un Hilton en Tokio”, como él mismo confesaba en una entrevista en febrero de 2017 al Diario de Sevilla. Con 13 años trabajaba de botones y limpiando los coches de los clientes de un establecimiento en la Costa Brava. Luego se marchó a Las Palmas de Gran Canaria a probar suerte de camarero e incluso abrió un negocio de insecticidas caseros. A los 16, Rosell emigró a Alemania, donde convenció a un touroperador para fletar tres viajes semanales a Almería. Allí alquiló un hostal y una pensión, hasta que en 1972 construyó en Roquetas de Mar sus primeras instalaciones propias, germen del grupo Senator. Casi al mismo tiempo, Amancio Ortega inauguraba en la otra punta de la Península la tienda más antigua de Zara. El músculo inversor del principal accionista del gigante mundial de la moda y la embestida de la pandemia en una de las 200 mayores cadenas hoteleras de Europa cruzaron el destino de ambos. Ortega acaba de convertirse en el dueño del Playaballena Aquapark & Spa Hotel, ubicado en plena Bahía de Cádiz, tras la compra del recinto a Senator por un importe aproximado de 25 millones de euros.
La nueva conquista de Ortega es “un paraíso para las familias” de 324 habitaciones en primera línea de playa en Rota, muy cerca de las también conocidísimas localidades de Chipiona y Sanlúcar de Barrameda. La gestión seguirá en manos de la compañía de Rossell, que llevaba tiempo, según publicaron ayer varios medios locales de la zona, intentando aligerar deuda con contratos de sale & leaseback –el propietario vende el edificio para hacer caja y sigue en él pagando un alquiler al nuevo titular–, especialmente en un contexto tan extremadamente difícil como el que vive el sector turístico por culpa del coronavirus. El presidente de Senator, que cuenta con 40 establecimientos repartidos por el sur de España, Mallorca, Madrid, Barcelona, República Dominicana y Cancún, admitía ya en abril del pasado 2020 que esta era “la crisis más dura que hemos vivido en los 53 años de existencia” de la empresa.
Sin demasiada claridad aún a la vista sobre cuándo el turismo recuperará en Europa lo más parecido posible a la vieja normalidad, el fundador de Inditex lanza un guiño al sector y a sus posibilidades de futuro. Esta nueva operación, realizada a través del grupo Pontegadea, encaja a la perfección con la dinámica habitual de Ortega para sus inversiones particulares. Muy selectivas. Cuando la encrucijada sanitaria y la incertidumbre social provocadas por el coronavirus mejoren lo suficiente como para animar de nuevo los viajes de ocio, el segmento de hoteles en el que se mueve el Playaballena –de cuatro estrellas, fundamentalmente familiar y con todos los servicios a mano– “serán de los primeros en recuperarse”, según fuentes del sector.
La operación se gestó durante varios meses y ambas partes llegaron a un acuerdo en diciembre, aunque hasta ayer no transcendió, adelantada por el periódico Cinco Días. Llega en plena tercera ola del COVID-19 y en un momento de ebullición para el negocio hotelero, que busca debajo de las piedras financiación convencional y alternativa para salvar la caja después de casi un año de tensión constante por la parálisis de la actividad, a excepción de la ligera tregua del verano.
A falta de conocer los datos de cierre de 2020, la inversión hotelera no es, ni de lejos, el core de Pontegadea. No pasa del 5% en los 15.163 millones de euros a los que ascendía el valor de la cartera inmobiliaria del grupo de Ortega el ejercicio anterior, frente al 60% de los inmuebles de oficinas y el 30% del retail. Ese año, en 2019, la cifra de negocio total superó los 2.260 millones de euros, repartidos entre los 1.640 millones procedentes de los dividendos –principalmente a cargo del 60% de las acciones de Inditex– y 621 millones por el negocio inmobiliario. El beneficio creció un 14%, hasta los 1.778 millones de euros. Además del nuevo complejo en Rota, el portfolio de Pontegadea en hoteles incluye el Epic Hotel Miami, el de la cadena Iberostar en Park Avenue de Nueva York y el Magnificent de Eurostars en Chicago.
