La perspectiva de un no acuerdo en las negociaciones por el Brexit está cada vez más cerca. La propia presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, dijo ayer que las posturas “permanecen separadas en asuntos fundamentales”. Lo mismo dijo el premier británico Boris Johnson, que ve “muy muy probable” que no se alcance acuerdo. Por ello, Bruselas se puso manos a la obra con los planes de contingencia, que afectan de lleno a la pesca, uno de los temas más discutidos por los equipos negociadores. Con el debate anual de las cuotas pesqueras a la vuelta de la esquina (el martes de la próxima semana), la CE ha planteado a los países repetir los totales admisibles de capturas (TAC) que se acordaron para 2020 a lo largo de 2021, pero por trimestres y hasta que se logre el acuerdo por la desconexión de Reino Unido.
La propuesta, a la que ha tenido acceso este periódico, especifica que el Consejo de la próxima semana debería “fijar TAC provisionales” tanto para aguas comunitarias como para aquelllas “a las que los buques de la UE tienen acceso a terceros países”. Estos cupos “deben tener como objetivo garantizar la continuación de las actividades pesqueras”, por lo menos “hasta que las consultas concluyan (...) o, si no pueden concluirse con éxito, hasta que el Consejo establezca TAC unilaterales de la UE en 2021”.
Fuentes conocedoras del documento, fechado el miércoles de esta semana, explican que esto se enmarca en las medidas de contingencia anunciadas ayer por Bruselas. Ante la probabilidad de una salida sin acuerdo de aquí al domingo, fecha fijada como límite para la negociación, la CE planteó que los barcos tanto europeos como británicos pueden acceder a sus respectivas aguas hasta el 31 de diciembre del próximo año o hasta que exista un acuerdo pesquero con el Reino Unido.
Las mismas fuentes explican que el documento que estará en la mesa de los ministros de Pesca europeos la próxima semana recoge básicamente un roll-over, es decir, mantener las mismas cuotas de los stocks que se comparten con Reino Unido, solo que dividido por trimestres, para asegurar su explotación sostenible y también poner plazos en caso de que se alcance un acuerdo con Londres. Una situación que también afectaría a los acuerdos que la UE tiene por firmar con países ribereños como Noruega, cuyo ministro de Pesca y Productos del Mar, Odd Emil Ingebrigtsen, alertó ayer que podría cerrar sus caladeros a los barcos comunitarios y británicos si no hay acuerdo por el Brexit.
Los cupos
Así, las cuotas para el primer trimestre de las zonas de pesca que representan el caladero de Gran Sol supondrían un cuarto de las establecidas para este año. España dispondría de 401 toneladas de rape, 1.573 de rapante y 4.667 de merluza, a las que suman también 3.249 de la zona conocida como VIIIabde, comprendida entre el caladero ibérico y Gran Sol. Una zona, por cierto, para la que por el momento no especifican un cupo de rape o rapante, lo mismo que sucede para las zonas IXa (del Golfo de Cádiz a Fisterra) y VIIIc (de Fisterra a País Vasco).
Para aguas gallegas y del resto del Cantábrico Noroeste, el documento solo recoge propuestas para la caballa, 19.089 toneladas, y bacaladilla, 8.952. Por su parte, especifican también 2.504 toneladas para la zona VIIIc. Estas cifras se suman a las publicadas en la propuesta comunitaria del pasado octubre para los TAC de 2021, que no recogía los stocks compartidos con Reino Unido y que, en este caso, son anuales. Esto es, un 13% menos de merluza (7.825 toneladas), otro tanto de rape (3.672) y una reducción del 11% en el rapante (2.158 toneladas).
Caída de ventas
El Consello Galego de Pesca analizó ayer la propuesta comunitaria y desde la Consellería do Mar calcularon que de concretarse estos tijeretazos solo el arrastre de litoral gallego perdería un 64% de sus ventas, un impacto directo de 8 millones de euros respecto a los 12,5 que perdería la flota de la comunidad en total. En el caso de los barcos de artes menores, el descenso de ventas sería de casi 4 millones. Las cifras forman parte del estudio entregado al Ministerio de Pesca, en el que se estima que la economía gallega se juega casi 30 millones de euros en la negociación.
