El dilema entre economía y salud es “falso”, al menos, “a corto plazo”, porque “lo que conviene a la economía es lo que conviene a la sociedad”, defiende Antón Costas. El catedrático vigués participó ayer en un foro virtual organizado por la Facultad de Ciencias Jurídicas y en el que también participaron el doctor Gabriel Táuriz, que expuso la evolución de la pandemia y los datos actuales, y el escritor y filósofo Guillermo Ortiz, quien apuntó que el debate debería haberse producido en junio o julio, antes de abrir el país al turismo, y abogó por una mayor transparencia en los datos.

Antón Costas defendió que en estos momentos la salud de la población es “un requisito” para la salud económica y destacó que las administraciones deben compensar a los sectores obligados a cerrar o restringir sus actividades.

“El debate no es genéricamente si cerramos la economía, sino qué tipo de sectores y cómo los compensamos. El Estado tiene la capacidad moral y legal de cerrar, pero debe hacerse cargo”, insistió el experto.

También avanzó que, a medio-largo plazo, en la primavera de 2021, habrá que establecer qué sectores y actividades reabren “aun cuando no tendremos la seguridad de poder asegurar la salud y la vida de todas las personas”. Una decisión “inevitable” que podría verse favorecida por la aparición de vacunas.

Y también como nota positiva, añadió que la economía española será la que experimente “el mayor rebrote en Europa” si mejoran ciertos elementos”:

El equilibrio entre la economía y la salud, explicó Costas, depende, en primer lugar, de la capacidad del sistema público de salud para atender a los pacientes y de rastrear los brotes y, en segundo, de las medidas de restricción a personas y empresas. Lamentó que se haya “perdido” todo el verano en reforzar la primera línea de actuación, pero si se mejora las limitaciones podrían reducirse “de forma considerable.”

“Si se invierte en salud, la mejora de la economía a medio-largo plazo es extraordinaria. Los países que no acabarán 2020 en recesión son los que tienen mayor dotación de bienes públicos relacionados con la salud”, abundó en su razonamiento.

El economista subrayó también que la recesión pandémica no opera de la misma forma y que, cuando llegue la recuperación, habrá empresas que refloten, pero otras quedarán “definitivamente varadas en la arena”. Y, en este sentido, defendió que las compensaciones también tengan en cuenta a las empresas “ganadoras y perdedoras” en la actual situación aunque resulte “técnica y políticamente difícil”.