El trono de las fábricas españolas de coches regresa a Vigo en plena pandemia del Covid-19. La planta de Balaídos de la multinacional automovilística francesa Grupo PSA liderará este año la producción de vehículos en el país, según las previsiones actualizadas que manejan los distintos centros, recuperando el primer puesto en el ranking nacional por volumen de producción que perdió en 2014 a manos de Seat-Martorell. De hecho, la viguesa será la única fábrica española que finalice el año en positivo gracias al empuje de sus nuevos modelos, tanto de los comerciales ligeros K9 (Berlingo, Partner/Rifter, Combo y Proace City) como del todocamino V20 (2008), que permitieron a PSA recuperar antes la actividad tras los dos meses de parada por el coronavirus y volver a cifras pre-Covid ya en julio con una producción diaria de 2.300 coches, al máximo de su capacidad industrial instalada.
La pandemia frustró el año de los récords en PSA-Vigo, que esperaba cerrar 2020 con un volumen superior a los 550.000 coches, pero la planta gallega ha resistido mejor el envite del virus que sus homólogas dentro del propio grupo en la Península (la de PSA-Zaragoza, por ejemplo, aún no ha recuperado el turno de noche), y que las del resto de marcas, sobre todo que Seat, que desde hace ocho años ha acaparado el trono como la gran fábrica de España, por encima de Vigo y Figueruelas (Zaragoza). Según las últimas previsiones, que, como es normal, están condicionadas a la evolución del virus, el centro de Balaídos podría superar los 470.000 coches este año, lejos de los 550.000 que estimaba a principios de año pero muy por encima del dato de 2019, cuando salieron de la fábrica poco más de 400.000 unidades. Solo entre marzo y junio -los meses de mayor impacto del Covid en la actividad industrial-, según reveló hace unas semanas el propio director de PSA-Vigo, Ignacio Bueno, se fabricaron unas 100.000 unidades.
El crecimiento vigués no se repetirá en el resto de fábricas españolas, que prevén caídas de producción con respecto a las cifras del año pasado, muchas de las cuales todavía no han recuperado la normalidad previa al Covid-19. La clave en Vigo ha estado en el éxito rotundo de sus nuevos modelos, sobre todo de los comerciales ligeros K9, que se han visto beneficiados por la gran transformación que está sufriendo el sector comercial y de paquetería por el auge de las compras online. Esto hizo posible que esta línea volviese a trabajar en cuatro turnos, incluidos los fines de semana, al mismo ritmo que antes de la pandemia. Y siguiendo la estela de los K9, el 2008 también está registrando un muy buen comportamiento en los mercados, con unas ventas animadas por los planes de achatarramiento de los distintos estados en Europa, y la progresiva penetración de la versión 100% eléctrica cuya producción en serie arrancó ya el pasado febrero, y de la cual se han fabricado más de 4.000 unidades (la versión híbrida estará disponible el próximo año).
Estos dos modelos, con el apoyo de los sedanes C-Elysee y 301 y los monovolúmenes C4 SpaceTourer (antes C4 Picasso), permiten que la fábrica mantenga una producción diaria de 2.300 coches, al máximo de su capacidad instalada. Y las previsiones para la vuelta de las vacaciones de agosto se mantienen al alza, con jornadas de trabajo todos los fines de semana y máxima apertura horaria en los turnos de noche. Esta envidiable situación dentro de sector de las cuatro ruedas, condicionada a la demanda, permitió que PSA-Vigo abandonase el expediente de regulación de empleo temporal (ERTE) por fuerza mayor decretado antes del comienzo del confinamiento, aunque la planta tiene aprobado un segundo expediente por causas organizativas y productivas hasta fin de año al que podría recurrir si fuese necesario.
