Los consejos de administración de los grupos automovilísticos PSA y Fiat Chrysler (FCA) se reunieron ayer de forma separada con el fin de analizar los últimos detalles en relación con la eventual fusión entre ambas compañías, que crearía un gigante con una facturación conjunta de unos 107.000 millones de euros anuales y unas ventas mundiales de 8,7 millones de vehículos al año.

Según fuentes cercanas al consejo del grupo PSA, el máximo órgano de gobierno del consorcio automovilístico francés, propietario de las firmas Peugeot, Citroën, DS y Opel/Vauxhall, habría dado "luz verde" a la combinación al 50% de su negocio con FCA.

Esta decisión del consejo de PSA se produjo después de que las firmas Etablissements Peugeot (EPF) y FFP, que representan a la familia Peugeot, hubieran aprobado también la propuesta de acuerdo de fusión entre el Grupo PSA y el consorcio italoestadounidense Fiat Chrysler, según otras fuentes.

Por su parte, el consejo de administración de Fiat Chrysler Automobiles también se reunía ayer para deliberar sobre si autorizar o no la posible fusión con la compañía que preside Carlos Tavares.

Otras fuentes cercanas a FCA apuntaron que las dos empresas podrían anunciar hoy un pacto vinculante para la formación de esta fusión, para lo que también convocarían una rueda de prensa para explicar los detalles de la operación.

La compañía generada de la unión de PSA y FCA alcanzaría una facturación anual conjunta de unos 107.000 millones de euros y, según los cálculos preliminares, posibilitaría la generación de unas sinergias anuales de unos 3.700 millones de euros.

Esta nueva corporación, participada al 50% por cada una de ellas, estaría presidida por John Elkann, presidente de FCA, mientras que Carlos Tavares, máximo responsable de Grupo PSA, sería el consejero delegado por un período de cinco años.

Este principio de acuerdo recoge que la formación de este grupo, con sede en Países Bajos, no conllevaría el cierre de plantas.