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La CEG prolonga su imagen de páramo

Cosecha lo previsto y cancela elecciones, por segunda vez, por falta de candidato a la presidencia -Sectoriales, dispuestas a lanzar un nombre para ganar "sin mayorías"

// Xoán Álvarez

La Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) envió ayer a los medios casi el mismo comunicado del 13 de julio de 2018, cuando se vio obligada a cancelar la asamblea electoral por falta de candidatos. La única diferencia fue la hora, porque el plazo para presentarse expiraba esta vez un poco antes. El resto, misma liturgia en el discurso y en la llamada a un consenso que nadie recuerda ya en la principal patronal gallega. Son ya 600 días que suma sin presidente, tras la dimisión del coruñés Antón Arias, y otros 1.400 sumida en un reino de taifas, después de la de José Manuel Fernández Alvariño, con bandos que han cambiado de uniforme pero que, en todo momento, han mantenido a la CEG partida en dos.

Según sus estatutos, "en el plazo de dos meses se convocarán nuevas elecciones, y quien resulte elegido iniciará un nuevo mandato". Según la nota distribuida a los medios, "las cuatro confederaciones provinciales seguirán trabajando de forma conjunta para buscar un candidato de consenso", sentencia que excluye a las organizaciones sectoriales e incide en una continuidad, la de esa búsqueda de un nombre que concite un respaldo unánime, que de momento no ha existido.

"Nos hemos ganado a pulso que la sociedad no nos valore", lamentó ayer uno de los vocales de la asamblea general. "Hay personas que siguen estancadas en el siglo XVIII, y tanto la sociedad como las empresas han cambiado radicalmente", ahondó el presidente de la Asociación Empresarial Gallega de Centros Especiais de Emprego sen Ánimo de Lucro (Cegasal), José Antonio Vázquez. Un hombre que, por cierto, fue cesado como vicepresidente de la patronal coruñesa por desavenencias con su líder, Antonio Fontenla. Vázquez, sin referirse explícitamente al patrón coruñés ni al máximo mandatario en Lugo, Jaime López, apostilló que "las sectoriales queremos una CEG del siglo XXI, que sea un paraguas de todas las empresas" de la comunidad.

La sucesión

Pontevedra, Ourense y sectoriales consideran que la renovación de estatutos es básica para vertebrar una CEG estable, pero su propuesta se vino abajo tras las abstenciones de Fontenla y López -representaron a la práctica totalidad de sus vocales a través de votos delegados- frustró la operación. Pese al sempiterno impasse que reina en la confederación, todavía son mayoría los que apuestan por resucitarla. Y Vázquez es uno de ellos. "Yo creo que de esta va la vencida y que, en cuarenta días, puede haber candidatos". En este caso, un aspirante ganador, "sin mayorías", toda vez que nadie aspira a que se diluyan los bandos. Circula un nombre, "con perfil de buen gestor, de diálogo y generoso"; nadie lo quiere decir todavía. Pero sí, al menos en las sectoriales, ponen como "ejemplo" la CEP.

Preguntadas por la situación de Ourense, con un proceso electoral judicializado, otras fuentes incidieron en la "necesidad" de que sean "generosos". "Que vean cómo ha cambiado la cosa en Pontevedra, cómo era antes y cómo está ahora", apostillaron. "Espero que su directiva esté a la altura de las circunstancias". En caso de que sí aflorara un candidato, necesitaría de los apoyos de Pontevedra, Ourense y sectoriales a fin de encarar un eventual rechazo de A Coruña y Lugo; sin la parte ourensana "no hay nada que hacer". Pero, incluso con una victoria, el problema volvería a la CEG al día siguiente de los comicios. "Estos estatutos implican que llegas solo a la presidencia, sin posibilidad de elegir un equipo", zanjó un vocal desde Vigo. Para que una reforma estatutaria prospere es preciso el voto favorable del 75% de la asamblea general, y solo las vocalías de A Coruña le otorgarían de facto un derecho a veto.

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