Personal de servicios, limpieza, pintores, máquinas, electricidad y acero. Será el despliegue de personal previsto para el lunes en Factorías Vulcano que, salvo catástrofe, retomará la actividad después de casi cinco meses con los brazos cruzados por falta de liquidez. "Habrá gente, será una semana de reinicio. Subir material, limpiar, ponerse al día", resumen fuentes de la industria auxiliar, que volverán a las gradas de Teis con la desconfianza que les genera el hecho de que Banco Santander no haya firmado todavía el acuerdo financiero. Un texto validado ya por el consejo de administración de Pymar, como avanzó FARO, y que establece una hoja de ruta para garantizar que el ferri Villa de Teror, único pedido de Vulcano, se termina (y entrega). "Vamos a ser optimistas", resumen.

En base a ese acuerdo, según las mismas fuentes, las subcontratas que todavía tienen trabajos pendientes a bordo deberán ingresar el 30% de la deuda cinco días después. Esto es, el 1 de abril recuperarán una primera parte de las facturas que Vulcano guardó en un cajón desde el pasado mes de mayo (hito 7 de la construcción C-548). Cobrarán el 45% final a la entrega del buque -un encargo de Trasmediterránea, filial de Naviera Armas- y sufrirán una quita del 25%. Para la compañía de pinturas, por ejemplo, con la que la atarazana ha acumulado deudas por un millón de euros, las pérdidas ascenderán a 250.000 euros. Las auxiliares que ya han terminado percibirán el 75% de las deudas al final. El acuerdo establece que el ferri deberá estar terminado en 42 días, plazo que se antoja insuficiente para algunos de los empresarios consultados.

La construcción en Vulcano se paralizó por falta de fondos pese a haber consumido ya un importe equivalente al 80% del coste del barco, presupuestado en 60 millones de euros. El anticipo que percibió en septiembre, que tuvo que ser validado por todos los actores de este pedido (Santander, ICO, Pymar y Xunta), fue insuficiente para saldar las deudas con la industria auxiliar y la plantilla. Entre los importes de los que ya dispuso el astillero y lo que falta por pagar a los proveedores se superarán los 60 millones de coste del buque, por lo que el acuerdo financiero ha tenido que abordar también el reparto de las pérdidas.