El Plan Estratéxico de Galicia hasta 2020, la Estratexia de Especialización Intelixente (RIS3), la Estratexia de Internacionalización da Empresa Galega... Prácticamente todos los planes diseñados por la Xunta para sentar las bases de un crecimiento económico sostenible tras el varapalo de la doble recesión subrayan la importancia de incrementar la inversión extranjera para conseguirlo. La administración autonómica llegó a licitar a principios de 2015 tres contratos con consultoras internacionales para buscar posibles proyectos. En esa misma línea, pensando en "nuevas inversiones en el tejido productivo, especialmente hacia los sectores estratégicos de la economía gallega" y con el ojo puesto en la férrea competencia del norte de Portugal, a finales de 2017 entraron en vigor los incentivos fiscales y la reducción de la carga administrativa de la Ley de implantación empresarial. La entrada de fondos, sin embargo, sigue siendo una de las grandes asignaturas pendientes de Galicia. Lejos de aumentar, el de 2018 apunta maneras para ser uno de los peores períodos en inversión extranjera de los últimos años. Se desplomó un 44%, hasta poco más de 53 millones de euros, entre enero y septiembre.
La inversión extranjera en Galicia ha tenido siempre una trayectoria muy irregular. Cada vez que se tocan picos en la entrada de recursos desde fuera hay detrás una operación concreta. Sucedió, por ejemplo, en 2011, cuando el saldo rozó los 200 millones de euros, gracias en parte a la compra de la viguesa Gándara Censa por parte del fondo chino Citic. Desde entonces no se ha vuelto a alcanzar un volumen similar. La entrada de capital foráneo rozó los 100 millones tanto en 2016 como en 2017, coincidiendo con los 61 millones abonados por Shanghai Kaichuang por Albo y los 83 millones que DomusVi pagó por la antigua Geriatros.
Los 53,1 millones de euros en inversión extranjera en Galicia hasta septiembre suponen la menor cantidad de los últimos cinco ejercicios. No es la única región con un descenso tan importante. En Castilla y León bajó un 94%, un 75% en Baleares, un 67,7% en País Vasco y un 66,9% en Comunidad Valenciana. En el conjunto del Estado, en cambio, el aumento fue del 75%, hasta los 40.621 millones de euros, por la enorme influencia de Madrid, que concentra prácticamente el 89% del total de inversión tras un aumento del 133%.
¿Cuánto vino a Galicia? Únicamente el 0,13%. Es la séptima región con más inversión extranjera... por la cola. Por detrás de ellas se sitúan Asturias (0,06%), Castilla y León (0,04%), Murcia (0,04%), Extremadura (0,03%), La Rioja (0,02%) y Cantabria (0,009%). A la cabeza, aunque con datos mucho más pequeños que los de Madrid, están Cataluña (4,77%), Aragón (4,58%) y País Vasco (2,07%), según los últimos datos de la Secretaría de Estado de Comercio.
Sin el efecto Geriatros, no hay otra inyección que compense el balance del pasado año. El comercio absorbe el 27% de la inversión extranjera en Galicia, con el 27,2% (14,4 millones); seguido de la fabricación de maquinaria y equipo (25,6%, unos 13,6 millones de euros) y los servicios de alojamiento (alrededor de 9,7 millones, el 18,3%). Por países, hay tres que suman cerca del 75% de los fondos. Son Países Bajos (13,7 millones), Reino Unido (12,6 millones) y Portugal (11,2 millones).
