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El gasto en pagas a jubilados menores de 65 en Galicia crece un 40% en 10 años

Los "júnior" perciben hasta 640 euros más al mes de media que el resto - 2 de cada 10 pensionistas no alcanzan esa edad, sobre todo por incapacidad

Hugo Barreiro

La edad efectiva de jubilación en España es de 62,7 años, lejos de los 64,4 de los países de la OCDE y, por supuesto, de la llamada edad legal (65 y ocho meses). De acuerdo al último informe de la organización internacional, por ejemplo, los coreanos se mantienen ocupados hasta los 73 años -doce por encima de su edad legal de retiro-, y los luxemburgueses hacen lo propio con sesenta raspados. En todo caso la cifra de España está a años luz de los 67, hasta cuando habrá que trabajar si se ejecuta, en los plazos previstos, la reforma de 2011, una de las medidas más impopulares de la segunda legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero. El actual Gobierno pretende ahora aumentar la edad efectiva de retiro para que ésta sea de 65,5 años dentro de tres décadas, con el objetivo de amarrar la sostenibilidad del sistema público. De momento la aspiración queda lejos y el efecto de las jubilaciones tempranas se nota en las cuentas: desde los valores precrisis, y pese a las dos reformas de pensiones aprobadas, el gasto en pagas en Galicia a menores de 65 años se ha disparado un 40%.

En valores absolutos el panorama apenas ha cambiado. Si en 2008 eran casi 24.000 los jubilados de menos de 65 años, la cifra ha caído ahora a poco más de 23.000. Esto es, apenas un 5% de todos los que están en nómina en Galicia (un punto por debajo de la media nacional). Son menos, pero cobran mucho más. En comparación con lo que perciben los pensionistas gallegos, sus pagas son de oro. La pensión que perciben de promedio los jubilados de entre 56 y 65 años, y según datos oficiales de la Seguridad Social, ascendió el pasado diciembre a 1.480 euros mensuales; supera en un 44% los ingresos del conjunto de los pensionistas gallegos. Pero la horquilla no solo es abultada con la media de beneficiarios de estas prestaciones, sino también con los que cobran pagas de jubilación. Los mayores de 65 años cobran 844 euros mensuales de promedio; esto es, 636 euros menos que sus colegas júnior.

Estas cifras se han traducido en ese salto del gasto. Antes del estallido de la crisis -y de las masivas reorganizaciones empresariales en sectores como la banca- el coste mensual en las pensiones para jubilados menores de 65 ascendía a 26,2 millones (casi 367 millones de euros anuales), y la factura cerró el pasado diciembre en 34,1 millones, lo que se traduce en unos cien millones más al año. Y con un millar de beneficiarios menos que hace una década. Tampoco es una situación que se haya limitado solo a Galicia, ya que en el conjunto del Estado el gasto en estas jubilaciones júnior se incrementó en un 38% en el mismo periodo. Eso sí, al contrario que en el caso gallego, la cifra de beneficiarios aumentó en más de 16.000 personas (+4,7%).

A mayor detalle las cifras gallegas evidencian las enormes diferencias que existen por regímenes de cotización. Los autónomos menores de 65 años con pensión de jubilción no llegan a las 800 personas, menos del 4% del total, y los del régimen especial del mar -que pueden, si cumplen los coeficientes, retirarse a partir de los 55- han bajado notablemente durante la crisis. En 2008 eran más de 7.100; ahora no llegan a los 5.200. En toda Galicia los pensionistas que no alcanzan el umbral de los 65 años representan un 20% del total, aunque se debe sobre todo al impacto de los beneficiarios de prestaciones por incapacidad permanente.

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