No hay pocos, ni son precisamente leves, pero si un problema destaca sobre el resto en el mercado laboral gallego es, sin duda, la merma de potenciales trabajadores por el envejecimiento demográfico y la falta de relevo generacional. Ocurre ya en casi todas las comunidades, pero en algunas como aquí la situación es más grave porque viene de lejos. España perdió el pasado año cerca de un 0,5% de su población menor de 30 años. La caída en Galicia fue del 1,1% y alcanza incluso el 3% en el caso de los activos. O, lo que es lo mismo, en solo un año la región se quedó sin 4.800 jóvenes en edad de trabajar y en disposición de hacerlo. Por esa razón, porque el colectivo no para de adelgazar, el tirón de la recuperación económica se nota a medio gas. ¿Cuántos nuevos cotizantes sumó esta franja de edad en 2017? Algo menos de 1.100, lo que supone un incremento del 1%, según los análisis sobre el mercado laboral de los jóvenes que acaba de publicar el Ministerio de Empleo. Únicamente Extremadura tuvo una evolución peor, con un alza del 0,2%. Hay mucha temporalidad. El número de contratos superó los 335.000. De media se firman tres al año. Y el 30% del total fue para ocuparse de camarero o de dependiente en tienda tras un incremento del 12,2% y el 14,5%, respectivamente, en comparación con 2016.
| Pontevedra. La provincia pontevedresa deja los mejores datos de la nómina de jóvenes en la Seguridad Social. Creció un 2,1%, el doble que la media autonómica, hasta alcanzar los 39.528. Lo que no significa que sea una excepción en la tendencia histórica de Galicia, con una pérdida "muy alta", según el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), en la última década: 31.404 cotizantes menos con estas edades. El perfil del contratado más habitual es un hombre de entre 25 y 29 años con un nivel formativo de ESO, empleo temporal y jornada a tiempo completo dentro del sector servicios. De los 129.259 contratos firmados por el colectivo en Pontevedra, 28.800 eran de camarero. Un 15% más que en 2017. El mayor ascenso, sin embargo, se registra entre los peones de industrias manufactureras al calor del acelerón en el naval y la automoción: subida del 29%, hasta casi 15.500 contratos. Los contratos a dependientes (8.794, un 10% de incremento anual) ocupan la tercera posición.
| A Coruña. No es el caso de A Coruña, donde la contratación a menores de 30 años en el comercio repuntó un 23,5% (13.068). En hostelería el ascenso fue del 13,3% (29.237). En general la afiliación del colectivo creció un 0,9%. Son 49.815 en alta en 2017. Y cambia el retrato robot del joven con más contrato: mujer, de 25 a 29 años y jornada a tiempo parcial, aunque también en los servicios.
| Ourense. El incremento en la afiliación de jóvenes llegó al 0,8%. Hay 11.688 menores de 30 años cotizando en la provincia. El volumen de contratos en este grupo de población fue de 25.221. Se repiten las ocupaciones con más oferta: 6.210 puestos de camareros y 2.147 de atención en tiendas, pero con tasas de crecimiento mucho más bajas que en el arco atlántico: un 9% y un 0,3%. Se disparó un 25% la contratación de monitores para actividades recreativas y de entretenimiento. Algo que sucede también en el resto de Galicia en porcentajes prácticamente idénticos.
| Lugo. En este caso sí baja la afiliación de jóvenes, un 2,2%, hasta los 13.130. Van ya 9.271 menos desde 2008 en la provincia, donde hostelería y comercio alcanzan el mayor peso en la contratación del colectivo, alrededor del 40%.
