Nadie duda de la nueva etapa abierta en el ladrillo, al calor de la recuperación del crédito, la reducción del paro y también por el tirón de los precios tras el estallido de la burbuja. La vivienda es hoy uno de los activos más rentables del mercado, especialmente si se destina para alquiler, muy por encima de la mayoría de productos financieros convencionales, apretados por los bajos tipos de interés. Prueba de esto es el subidón que la compraventa registró el pasado mes de abril, matizado, eso sí, por el diferente calendario de la Semana Santa, que en 2017 cayó en abril y este 2018 fue en marzo. En Galicia se comercializaron 1.410 casas, un 23,5% más que el ejercicio pasado. Pese al acelerón, el ritmo se mantiene por debajo de la media estatal, del 29,7%. El acumulado del primer cuatrimestre en la comunidad suma 5.376 viviendas vendidas, lo que supone un incremento del 12,6%. En el conjunto del país alcanzaron las 170.362, un 15,6% más.

El mercado inmobiliario gallego sigue dominado por las viviendas usadas, con 4.181 operaciones, el 78% del total, mientras que las transacciones de casas nuevas ascendieron a 1.175 entre enero y abril, según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

La variación sustanciosa de las ventas en el caso concreto del mes de abril se notó con fuerza en La Rioja, donde llegó al 59,1%; Murcia, por encima del 50%; y Castilla-La Mancha (48,7%). Las comunidades con los menores ascensos fueron Cantabria (17,8%), País Vasco (16,5%) y Baleares (13,8%).

Galicia se mantiene a la cola en el número de viviendas por cada 100.000 habitantes: solo 64, frente a las 114 del total nacional.