La industria gallega de componentes de automoción perdió 1.145 empleos en los últimos diez años pese a que la mitad de los proveedores aumentó plantilla. La razón es la intensa destrucción de puestos de trabajo sufrida por un grupo de siete grandes fabricantes, la mayoría instalados en la comarca de Vigo, que impidió que el saldo fuese positivo en esa década, según un estudio elaborado por CC OO Industria con datos oficiales de la Seguridad Social. En ese mismo periodo, las fábricas del norte de Portugal engrosaron sus filas con unos 5.200 trabajadores, el 70% de los que el sector creó en todo el país.
Los proveedores que más empleo han perdido hasta ahora son Dalphimetal Vigo (hoy ZF TRW), Trèves Galicia, Visteon Salceda (Reydel), Maier Ferroplast, Gestamp Vigo, Faurecia Asientos de Galicia y Copo Ibérica. Cada uno destruyó de media más de un centenar de puestos de trabajo, encabezando el ranking la antigua Dalphimetal Vigo, que pasó de 652 empleados en 2008 a 150 al cierre del pasado mes de abril, aunque la multinacional hoy de capital alemán aumentó su plantilla en Porriño (centro de estructuras de magnesio para volantes) en 282 efectivos, según CC OO Industria. ZF TRW ha concentrado en los últimos años el grueso de su producción en Portugal, en Ponte de Lima y Vila Nova de Cerveira.
La segunda empresa que mayor ajuste ha realizado ha sido Copo Ibérica, que ha perdido 190 empleados desde 2008, dentro del plan de reestructuración acometido por el grupo vigués de componentes para atajar las pérdidas y enderezar su situación financiera. Trèves Galicia, que cerró una planta en Pontevedra, ocupa el tercer puesto en este ranking, con la destrucción de 271 empleos en estos últimos diez años. Le siguen el centro de Porriño del consorcio vasco Maier, Maier Ferroplast, hoy convertido en una sociedad cooperativa, que ha perdido 208 empleos; la planta de Asientos del grupo francés Faurecia en Valadares (-112), Reydel (-109) y Gestamp (-106).
También recortaron plantilla en esa década, aunque en menor medida, Viza Automoción (-86), MGI Coutier (-79), GKN Vigo (72), Forbo (71, con el cierre de la planta de adhesivos de Mos) y Alservi (-60).
En el lado opuesto, los mayores generadores de empleo en la industria de componentes son Dalphimetal Porriño (282), BorgWarner Emissions Systems (antes Dytech Ensa), con 115 empleos, Snop (140, que abrió una fábrica en Nigrán en 2012), Denso (50), Aludec Saxonia (48) y Aludec Inyección (35), y así hasta una lista de 20 empresas, la mitad de las 40 computadas por el informe de CC OO Industria, en el que se observa que el mayor destructor de empleo en ese periodo ha sido la cabeza tractora del sector, el centro de Balaídos de la multinacional automovilística francesa Grupo PSA (5.527 efectivos sumando los jubilados parciales).
Si se analiza solo la evolución del sector en los últimos dos años (de abril de 2016 al mismo mes de 2017), la automoción gallega ganó 189 trabajadores en el segmento de fabricantes de componentes y auxiliares, hasta los 7.280 empleos (en 2008 había 8.437), mientras que PSA-Vigo ajustó otros 314 puestos de trabajo (el informe no computa aún el aumento de plantilla acometido desde el segundo trimestre del año), hasta los 5.580. Los datos del informe no coinciden con los que maneja el clúster (Ceaga), elaborados en base a la información que aportan las 106 empresas del sector (el estudio de CC OO analiza 41 firmas), en los que se incluyen contratos a través de ETT, etc.
El saldo total, incluyendo proveedores y PSA, es de 6.672 trabajadores menos en el sector de la automoción desde 2008, siendo los años de mayor ajuste 2009 y 2010. El volumen de empleo destruido en Galicia casi igual al creado en ese mismo periodo en el norte de Portugal, que ha visto cómo su plantilla aumentaba en más de 5.000 trabajadores desde 2010. De los 7.200 puestos generados en el conjunto del país en los últimos siete años, el 70% se formalizó en el norte luso, donde se concentra el grueso de la industria de automoción.
