Astilleros y Varaderos Montenegro ha superado la crisis con nota. La factoría de la bajada a Ríos (Teis, Vigo), que a principios de 2010 entró en concurso de acreedores por un impago de los extintos astilleros MCíes (a los que alquilaba parte de sus gradas), ha dado por superada esa etapa (la empresa está libre de deudas), es un referente en la ría en reparaciones y transformaciones en buques de hasta 30 metros de eslora, con 35 varadas el año pasado, y ultima su vuelta al segmento de la construcción naval con un pincheiro para un armador francés.

Con tres gradas y un muelle para armamento, la factoría que dirige el vigués Fernando Armada tiene capacidad para trabajar en hasta nueve buques de forma simultánea siempre que las esloras no superen los 30 metros, y emplea de media a unas 70 personas entre plantilla propia (13 trabajadores) y personal de la industria auxiliar. Armada entró en el capital del astillero en pleno proceso concursal como una apuesta propia, y en marzo de 2016 la empresa dio por cumplido el convenio de acreedores.

En los últimos años, la facturación de la firma naval ha crecido un 20% anual y en 2016 alcanzó los 2,3 millones de euros, con un beneficio de unos 250.000 euros. Su especialidad es la reparación y la transformación naval; de hecho, ya ha realizado varios alargamientos de pesqueros y tiene otros en proyecto, y está a punto de volver al segmento de la construcción naval con un pincheiro para un armador francés, según confirmó Armada.

En sus gradas se han construido más de cien barcos en sus 77 años de vida (la empresa naval se constituyó en 1940), de entre 18 y 70 metros de eslora, sobre todo pesqueros (palangreros como el Dadimar o el Nuevo Ramses y buques arrastreros como el Monte Meixueiro y el Villa de Nores), pero también oceanográficos y de investigación marina ( Vizconde de Eza, Enma Bardán, Miguel Oliver) y yates de acero ( Centium y Samurai One) en la etapa compartida con MCíes.