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Elecciones o cambio de estatutos, otra encrucijada más para la CEG

La patronal gallega tiene la opción de convocar comicios a varios meses vista para sortear el vacío de poder tras la salida de Dieter

Antonio Fontenla. // X. Álvarez

El 7 de diciembre se cumplen dos meses de la dimisión de Antonio Dieter Moure al frente de la Confederación de Empresarios de Pontevedra (CEG). Desde entonces las riendas de la patronal gallega las tienen los cuatro presidentes provinciales (Jorge Cebreiros, Antonio Fontenla, José Manuel Pérez Canal y Jaime López), dirigentes en un periodo de interinidad que estatutariamente ya no da más de sí. Las normas internas de la CEG estipulan que, en ausencia de un presidente, la confederación debe convocar elecciones en el plazo máximo de esos dos meses. Son dos las opciones ahora: comicios o reforma estatutaria. Y, de nuevo, hay diferencia de opiniones entre los líderes provinciales, que se reúnen mañana en un comité ejecutivo que deberá "marcar el rumbo a seguir" para los próximos meses.

Una vía que cobra fuerza es la convocatoria de elecciones, pero con la suficiente ambigüedad en cuanto a plazos como para cumplir las normas sin reabrir la brecha que parte en dos la patronal y que se ha disimulado en las últimas semanas bajo una pátina de unidad. El artículo 32 establece que "la convocatoria de la elección se realizará con una antelación, al menos, de 40 días naturales a la fecha de la elección". Este punto fija un plazo mínimo de antelación, pero no máximo, lo que facultaría a la junta de vicepresidentes (los dirigentes provinciales) a poner fecha para los comicios en marzo, abril o mayo. "Lo importante es resolver la parte económica; la CEG no está ahora para volver a celebrar elecciones", repiten como un mantra la mayoría de dirigentes empresariales.

A la salida de Dieter la patronal gallega solo había ingresado una póliza de crédito de 600.000 euros como adelanto de la subvención de la Xunta, pero había dejado sin resolver las cuestiones más apremiantes: la tercera hipoteca sobre la sede de Santiago, el contencioso contra el Instituto Galego de Promoción Económica (Igape) o la negociación del nuevo convenio Pexga. Desde la confederación dan por hecho que el crédito con el pool bancario está hecho, pero admiten que sobre la CEG pesan todavía más interrogantes que certezas. Nadie hasta la fecha se ha postulado públicamente (en privado ha habido algún pronunciamiento) para convertirse en patrón de los empresarios de Galicia.

Las dos vías que estudian en la CEG para capear las exigencias estatutarias conllevan sendos problemas que también analizan en las cuatro provincias. Una reforma de las normas internas se entendería, auguran fuentes consultadas por FARO, como "si existiese intención de perpetuarse" en el poder, sobre todo de cara a las organizaciones sectoriales, que fueron el gran apoyo de Dieter Moure durante su corto mandato. Por otra parte una convocatoria electoral, aún siendo a medio plazo, volvería a abrir rencillas entre los distintos bandos y propiciaría una precampaña demasiado larga para la débil situación económica e institucional de la confederación. Los presidentes provinciales quieren salir de la reunión de este miércoles con una decisión tomada, pero admiten que no será sencillo.

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