"Esto va a ser bueno para la CEG, que lleva meses con cero presencia institucional. No se ha pronunciado sobre la falta de Gobierno, los impuestos, los contratos del naval... Nada". El predecesor de Antonio Dieter en la patronal gallega, José Manuel Fernández Alvariño, se alegró al conocer la dimisión. No lo oculta porque, dice, "convoqué las elecciones -no culminó su mandato- para buscar consenso en la confederación, y él no lo consiguió".

Como defendió ya en FARO, Alvariño apuesta por que sean los presidentes de las patronales provinciales los que asuman el control pleno de la CEG. "Ya lo dije en su día, tienen que tomar el mando por el bien de la confederación". Es una postura radicalmente opuesta a la de las organizaciones sectoriales que, junto con A Coruña, fueron las más beligerantes contra el mandato del empresario vigués. Alvariño ha descartado volver a postularse para el cargo, y en el plazo de dos meses la junta de vicepresidentes deberá convocar nuevos comicios.