A los hogares gallegos todavía les queda un largo camino por delante para recuperar los niveles de renta per capita de 2008, cuando alcanzó los 21.226 euros. A falta de conocer el cierre de contabilidad regional de 2015, la estimación realizada con los datos ofrecidos por el instituto estadístico estatal (INE) y el autonómico (IGE) refleja que la renta habría cerrado el pasado ejercicio en torno a los 18.103 euros netos, próximos a los niveles de hace una década. Por tanto, todavía está lejos de recuperar lo perdido durante la doble recesión (double-dip recession) siete años después. Y esta realidad contrasta con la del conjunto de España, donde la riqueza de los hogares sí se aproximará a la de los ejercicios 2007 y 2008, de unos 19.000 euros.
En cuanto a la renta per capita, y si se cumplen las previsiones de que Galicia crecerá un 2,2% nominal a cierre de 2015, la riqueza bruta de los hogares será de 20.093 euros. A favor de las familias está el escenario de inflación casi nula -no es deflación porque no hay caída del PIB-, con lo que el poder adquisitivo apenas varía para hablar. El problema es que para alcanzar los niveles de riqueza de 2008 la comunidad necesitará de, como mínimo, dos años y medio, ya que todos los servicios de estudios auguran escenarios de crecimiento tímidos para los próximos años. De este modo, las familias gallegas habrán tardado más de diez años en recuperar los niveles de riqueza perdidos con la crisis. ¿Por qué? Porque entre la renta per capita actual y la de 2008 existe una diferencia del -5,6%, y sería necesario un crecimiento sostenido de casi el 2% en tres años para alcanzar los 21.226 euros de 2008. Eso sí, siempre y cuando no cambie la tendencia del IPC -retrasaría la recuperación- y no haya subidas de impuestos, por ejemplo.
Ahora bien, la renta real disponible por hogar es muy inferior a la renta per capita y se situará, según las mismas estimaciones, en torno a los 15.500 euros a cierre de ejercicio (2015). Si a esta cantidad le detraemos el deflactor de consumo acumulado desde 2006, cada hogar gallego dispondría a día de hoy de unos 1.800 euros menos para gastar que hace nueve años. Nuevamente ayudan las tasas negativas registradas en el pasado, aunque no contribuyen los nuevos salarios que se pagan en la comunidad. Según los datos del Ministerio de Empleo, los convenios colectivos firmados hasta diciembre recogieron un incremento salarial del 0,76% en Galicia, en línea con la media estatal (0,74%) y por debajo de la propia recomendación de la patronal empresarial española (CEOE) y los sindicatos CC OO y UGT.
De acuerdo a la estimación realizada por el diario Cinco Días, la renta nacional disponible per capita habría cerrado 2015 en los 19.016 euros, recuperando los niveles perdidos durante la recesión, gracias a que el conjunto de la economía nacional logró avanzar un 3,2% en un año. La tímida recuperación del PIB gallego impide, por tanto, que se produzca una convergencia entre la riqueza disponible de los hogares gallegos y la media estatal. Comunidades como País Vasco (unos 19.000 euros) o Madrid (18.000) superan con holgura los 15.500 euros de renta real de Galicia. En cuanto al PIB por habitante, y también utilizando la previsión de crecimiento de la economía del 2,2% -la más conservadora-, éste sería de 20.472 euros, frente a los 23.324 del conjunto de España. De acuerdo al mismo diario económico, la Comunidad de Madrid alcanzaría los 32.000 euros y se colocaría a la cabeza, por los 16.000 euros de Extremadura.
Es innegable que la crisis ha dejado un reguero de consecuencias que tardarán en corregirse, como la destrucción de empleo. A cierre de 2015 Galicia tenía 1,032 millones de ocupados, lo que sitúa el PIB por ocupado en los 53.000 euros. Pero ahora hay 163.900 trabajadores menos en la comunidad, de ahí que en 2008 el PIB por ocupado fuera menor: 45.748 euros. Es un factor de desigualdad -cambia el reparto de la renta- que, de nuevo, tardará en corregirse.