La propuesta de reducción de costes laborales de PSA-Vigo no busca acercar la realidad del centro vigués a las de las plantas low-cost con las que compite, ya que resultaría "imposible" (la tasa de la mano de obra en Trnava, en Eslovaquia, es de 9,5 euros la hora, frente a los 22 de Balaídos), sino a la media del sector de la automoción de Galicia. "Hay margen para maniobrar", señalaron fuentes de la factoría, que explicaron que los costes laborales del centro vigués superan en un 30% los de la media de la industria, y que incluso con los recortes propuestos ayer seguirían "por encima".

Las mismas fuentes recordaron que lo que está en juego es el futuro de la fábrica, ya que el K9 es un proyecto de vital importancia por los volúmenes de producción que aporta (más de 200.000 unidades al año de media) y su duración en el tiempo (este tipo de vehículos tienen una vida en el mercado próxima a los diez años), y recalcaron que la amenaza de Trnava es real. En la última revisión del proyecto, PSA-Vigo no alcanzó los niveles de rentabilidad que ha exigido el nuevo presidente de la compañía, Carlos Tavares, para adjudicar este proyecto, llamado a contribuir a la recuperación económica de la multinacional francesa. El plazo para alcanzarlos es de un mes.