¿Necesitan Europa y España un "plan Marshall" que les permita reactivar la economía? Los economistas están divididos en el caso concreto de España por la enorme deuda que acumula el país. Pero la propuesta está envuelta aún en demasiadas sombras y dudas. Una de ellas es fundamental: ¿en qué se invertirá ese dinero? Juan Velarde, catedrático de Economía, consejero del Tribunal de Cuentas y premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales; Juan Vázquez, catedrático de Economía Aplicada, y Santiago Sánchez Guiu, coordinador de predicción y análisis macroeconómico del Instituto Flores de Lemus, analizan para FARO DE VIGO la conveniencia y las consecuencias de la aplicación de un "plan Marshall" en el país.

¿Sería conveniente para España un "plan Marshall" para reactivar la economía?

–El profesor Juan Velarde es totalmente contrario a esta medida porque "solo serviría para aumentar el endeudamiento y, por tanto, no deja de tener serios peligros. El Plan Marshall estadounidense era gratuito, y el de ahora sería un préstamo que, por tanto, hay que devolver y con intereses. ¡Pero si ya debemos más del 200% de nuestro PIB!, ¿cómo vamos a endeudarnos más?", razona. La última vez que España no pagó su deuda fue en 1823, con Fernando VII, quien decidió que no pagaba la deuda acumulada en el trienio liberal. Pero desde entonces, España es buena pagadora y las consecuencias de no seguir siéndolo pueden ser terribles, asegura este economista natural de Salas.

–El expresidente de la Conferencia de Rectores de las Universidades España (CRUE) Juan Vázquez entiende que "la atonía que está viviendo la UE demuestra que se ha traspasado la línea entre ajustarse el cinturón y ponerse la soga al cuello. Un plan de estímulo en Europa es imprescindible y eso no es contradictorio con el saneamiento y el ajuste". Y en el caso de España, apunta este economista, "necesitamos una política de consolidación y ajuste fiscal para pagar las alegrías pasadas, pero también recuperar las condiciones de competitividad y la demanda. España está inmersa en una devaluación interna que nos permita sanear la deuda y restaurar las condiciones de competitividad, pero, aún haciendo esto, si no hay demanda, no nos servirá de nada".

–Santiago Sánchez Guiu asegura que "aunque aún se conoce muy poco al respecto, esta medida podría ser una buena manera de desatascar el debate entre crecimiento y consolidación fiscal". Y añade que "la estrategia parece acertada, pero su eficacia dependerá del tipo de inversiones que se lleven a cabo. Esta liquidez permitirá no tener que cancelar inversiones productivas que en la actualidad están suspendidas por la situación actual de restricción del crédito. Aunque dicho plan apoyará a la recuperación cuanto más de corto plazo sean los réditos de dichas inversiones, es necesario que los programas de inversión financien el desarrollo de infraestructuras y tecnologías que permitan el incremento de la productividad europea a largo plazo".

¿Es el Banco Europeo de Inversiones (BEI) el instrumento más apropiado para canalizar los créditos?

– El catedrático Juan Velarde entiende que sí, "por su contrastada solvencia y buena gestión". Pero insiste en que "da igual porque España no está en condiciones de endeudarse más".

– Juan Vázquez también ve en el BEI un instrumento favorable que, además, como ya existe, permite ahorrar el tiempo de discutir qué instrumento se constituye para canalizar el crédito. El problema es "cómo hacer eficaces todos los instrumentos de la UE. Por su diseño parece el más adecuado, pero el problema han sido los bandazos que ha dado la UE, sus titubeos, errores... Ha sido un desastre y la gestión de las políticas han complicado la resolución de la crisis. Hay que ver si la cúpula de la UE sería capaz de hacerlo bien esta vez".

– El analista Santiago Sánchez Guiu también comparte la idoneidad de utilizar el BEI. "Parece que el remanente del fondo europeo de rescate que aún no está comprometido en ninguno de los rescates podría utilizarse para refinanciar el BEI de forma que éste pudiera utilizar dicho capital para apalancarse atrayendo alrededor de hasta 200 mil millones de euros en inversiones. Así se podría acompañar la actual agenda de consolidación fiscal, que no parece que se vaya a suavizar en el corto o medio plazo, con un plan de crecimiento integral para toda la euro área sin necesidad de que los países centrales deban poner más dinero encima de la mesa".

¿Sería la eurozona capaz de atraer capital para inversiones?

– Para atraer capital a un coste no excesivamente alto, la eurozona necesitará llevar a cabo un cambio sustancial para mejorar los mecanismos de ajuste de las desviaciones internas, tanto las fiscales como las de balanza de pagos. En las primeras se incluye el progreso decidido hacia la unión fiscal y hacia el establecimiento de un fondo permanente suficientemente grande. Y en las segundas, la implementación de mecanismos automáticos de generación de demanda por parte de los países con elevadas tasas de ahorro y salud fiscal, lo que a su vez permitiría incrementos de su inflación y pérdida de competitividad en beneficio de la de los países periféricos. No pareciendo que se vaya a producir un avance importante en el corto plazo en ninguna de estas materias, lo más probable es que el coste de financiación del capital que consiga el BEI para dichos programas sea bastante elevado. Aún así, aunque sea caro, si el programa de inversiones está respaldado por las instituciones centrales de la euro área, el dinero llegará.

– El profesor Juan Vázquez lo resumió en una frase: "No habrá inversiones si no se restaura la confianza. Ahora hay desconfianza en el euro como divisa en sí misma y los inversores van allá donde ven crecimiento. Y el centro de actividad económica mundial se ha desplazado al Océano Pacífico. Hay otras opciones de inversión, más seguras y más rentables, y sería difícil atraerlas ahora mismo hacia Europa.

En el caso de salir adelante, ¿a qué tendría que dedicar España el dinero para la reactivación de su economía?

– "Lo que debe hacer España es controlar el déficit y aumentar su competitividad para poder exportar. Aquí es donde hay que hacer un esfuerzo enorme, desde la tarifa energética hasta los salarios. Hay que ir a una devaluación interna y para eso hay que rebajar costes. Ponemos el grito en el cielo, pero hay que hacerlo", afirma con rotundidad Juan Velarde. "El empobrecimiento de este país ya está lntente desde el momento en que se deben cifras tan monstruosas. Cuando alguien se endeuda muy por encima de sus posibilidades, luego tendrá que pasarlo mal durante bastante tiempo porque ha vivido como un falso rico y tiene que devolver lo que debe", agregó..

– El catedrático Juan Vázquez apuesta por impulsar "la actividad productiva, la investigación y la innovación, y a la generación de intangibles que generan competitividad: formación, capacidad gerencial empresarial, al emprendimiento, a fomentar la internacionalización con presencia física y al aprovechamiento máximo de las nuevas redes y las nuevas tecnologías. Este país tiene mucha capacidad y talento y merece la pena arriesgar dinero público para avanzar y generar riqueza".

– Santiago Sánchez Guiu asevera, por su parte, que "en un contexto de fuerte contracción de la demanda interna, el crecimiento del PIB español solo puede pasar por una mayor aportación del sector exterior, y por tanto, por un incremento de la competitividad española, o lo que es lo mismo, por una devaluación de nuestro tipo de cambio real. Para ello es necesario que los incrementos de nuestra productividad superen a los incrementos de nuestros salarios. Aunque el sector privado debe liderar este proceso, es aquí donde el sector público debe concentrar todos sus esfuerzos mediante la promoción de planes públicos para la modernización de los procesos de la industria española".