El Fondo Monetario Internacional (FMI) fue incapaz de presagiar la actual crisis económica internacional e incurrió en gravísimos errores de diagnóstico sobre la economía mundial durante la etapa en que este organismo multilateral fue dirigido por el asturiano Rodrigo Rato (2004-2007), según un informe interno, obra de la unidad de evaluación independiente (IEO) del FMI, que actúa como una auditora y cuyo objetivo es hacer un análisis crítico de la actuación del Fondo.

Este informe, devastador con la actuación del FMI en ese periodo (la mayor parte de él, entre mayo de 2004 y noviembre de 2007, bajo mandato de Rato), reprocha que el FMI no fuera capaz de advertir ni de alertar de los síntomas de la crisis y que proporcionara "pocos avisos claros" sobre los riesgos y las debilidades que se cernían sobre la economía mundial.

La auditoría interna va mucho más allá y denuncia que el FMI llegó a alabar en esos años las ventajas de la titulización de activos, a la que atribuyó su supuesta capacidad de diversificar riesgos. El fracaso de estas prácticas de ingeniería financiera (caso de los productos de inversión confeccionados con las hipotecas "basura") precipitó de la actual crisis internacional.

El informe también reprocha que el FMI hubiese puestos al sistema financiero de EE UU como ejemplo a seguir, lo que acabó resultando también un sarcasmo porque fue la banca estadounidense la que condujo al mundo occidental a la mayor crisis financiera desde 1929.

Con respecto al Reino Unido se repitieron los mismos errores. En 2006, el FMI aseguró: "El sistema financiero del Reino Unido es uno de los más fuertes entre las economías avanzadas". Pero tuvo que ser rescatado. Y en el verano de 2007, justo cuando se avecinaba la crisis, su informe decía: "Las perspectivas son las mejores en años. La economía está lista para un periodo de crecimiento sostenido".

No menos chirriante fue que el FMI propusiera a Islandia como otro modelo de sistema financiero "robusto" y "resistente", cuando la banca islandesa acabó siendo la primera de Europa en derrumbarse, arrastrando a su país. La unidad de chequeo interno del FMI también le reprocha que minimizara el riesgo de una crisis inmobiliaria.

El informe de la IEO acusa a los responsables del Fondo de haber seguido la corriente general de "pensamiento uniforme", sin plantearse riesgos de vulnerabilidad financiera, y de haber confiado "en exceso" en la solidez de los grandes bancos, respaldando el comportamiento imperante en los principales centros financieros globales. Según este diagnóstico, el FMI minimizó los riesgos que abocaron en la mayor crisis financiera y económica global en 80 años debido en gran parte a una cultura en la que impera el pensamiento único y que desalienta las críticas internas.

"Los riesgos asociados con el auge inmobiliario y las innovaciones financieras se minimizaron, al igual que la necesidad de regulaciones más robustas para hacer frente a esos riesgos", dice el análisis.

Mea culpa

El director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, agradeció a la IEO sus "muchas ideas constructivas", y recordó que el Fondo ya entonó en su momento el "mea culpa" por no haber advertido de la crisis lo suficientemente pronto y de forma efectiva. Destacó que las recomendaciones de la IEO coinciden con las reformas puestas en marcha por el FMI para lograr una institución "más receptiva y flexible".

Este informe interno no es la primera crítica que recibe la gestión de Rato en el FMI. Mientras estuvo en el cargo, The Wall Street Journal ya fue severo en el juicio de su labor. La precipitada dimisión de Rato en el FMI, nada más producirse en 2007 la primera quiebra inmobiliaria en EE UU y poco después de que consolidase su derecho a una paga vitalicia, ha sido objeto de juicios de intenciones casi siempre críticos. El ex presidente del Gobierno José María Aznar expresó su desconcierto en una entrevista: "A mí no me ha consultado", dijo. Y según los cables de la embajada de EE UU en España desvelados por Wikileaks, Aznar comentó que Rato estaba aburrido de su trabajo en el FMI. Así lo aseguró también el mes pasado a Bloomberg el economista Alberto Recarte, cuñado político de un primo de Rato.

El informe que la agencia estadounidense Bloomberg difundió en diciembre sobre la nueva etapa de Rato al frente de Caja Madrid también fue bastante crítico. Se dice que Rato es "ante todo un político", se destaca su fugaz paso por el FMI, en el que no finalizó el mandato, y se le hace corresponsable de las causas específicas de la actual crisis económica en España, por haber impulsado un modelo de crecimiento fundamentado en la "burbuja" inmobiliaria y por no haber aprovechado la bonanza del ciclo económico internacional para hacer las reformas que ahora precisa España. El economista Xavier Sala i Martín de la Universidad de Columbia, sostiene en ese informe: "No hizo lo suficiente para mejorar la competitividad española" y hoy "al menos en parte por su culpa, el país no tiene sustituto para la construcción y el turismo".