La multinacional brasileira Embraer, el tercer mayor constructor aeronáutico del mundo por detrás de Boeing y Airbus, busca proveedores en Galicia sobre todo en Vigo– para las dos factorías que está construyendo en el sur de Portugal, en Évora. Responsables del Consorcio Aeronáutico de Galicia, compuesto por cincuenta y nueve empresas, mantuvieron esta semana un primer contacto con el gigante de la aeronáutica en Río de Janeiro, en el transcurso de la misión comercial organizada por la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Galicia (Asime) al país sudamericano, con el objetivo de aprovechar el tirón de estas nuevas instalaciones y formar parte de su panel de proveedores. En la actualidad, sólo Delta Vigo es subcontratista de la firma brasileira, líder en la fabricación de jets comerciales de hasta 120 asientos.

"La primera opción del consorcio sigue siendo Airbus, con la que tenemos una magnífica relación. Pero Embraer representa una oportunidad para todas las empresas del sector que no debemos desaprovechar", explica Enrique Mallón, gerente de ASIME. Embraer invertirá en las plantas de Évora 48 millones de euros (en una primera fase), y generará más de 550 puestos de empleo. Ambas unidades se destinarán a la producción de estructuras complejas y componentes para aviones civiles. Está previsto que tras la implantación de Embraer se instale también en Évora la empresa francesa Lauack, que hará piezas eléctricas para el Airbus A340, lo que catapultará a Portugal dentro del negocio aeronáutico, pese a no tener experiencia previa.

Embraer es el tercer fabricante mundial de aviones comerciales, y el cuarto detrás de Bombardier en aviación de defensa. Fundada en 1969, a finales del año pasado contaba con una plantilla de 17.237 trabajadores y una cartera de pedidos superior a los 16.600 millones de dólares (unos 13.000 millones de euros). Su presidente ejecutivo, Frederico Curado, anunció esta misma semana que la empresa espera cerrar 2010 con unas ventas superiores a los 5.000 millones de dólares (3.900 millones de euros).

Los responsables del consorcio consideran que la apuesta de Embraer por Portugal constituye un verdadero un trampolín para las empresas gallegas vinculadas al metal que han dado el paso en los últimos dos años a la aeronáutica, en la que no resulta fácil abrirse camino. Para facilitarles esa tarea, el consorcio ha solicitado ayudas a la Dirección General de Economía e Industria de la Xunta para que al menos diez de las casi sesenta empresas implicadas obtengan cuanto antes las certificaciones [las ISOS: 9001 y 9100] que exigen los grandes fabricantes como Airbus y Embraer.

Cada una de estas licencias supone una inversión de hasta 20.000 euros por empresa. La intención del consorcio es que la Xunta financie el 50% del gasto. "Las certificaciones las realizan primero entidades independientes, como Lloyd´s, Bureau Veritas o AENOR, y después los propios constructores, por eso queremos ir de la mano de Airbus y Embraer", señala Mallón. El gerente de ASIME apunta que también pedirán apoyos a las consellerías de Industria y Trabajo para poner en marcha un departamento de formación para trabajadores en el ámbito de la aeronáutica, imitando el modelo de la Fundación Andaluza para la Formación y el Empleo.

El estallido de la crisis ralentizó en cierta medida el despegue del consorcio gallego, que aglutina a empresas del metal (automoción, naval, metalmecánica, etc.) que han visto en la aeronáutica un negocio con futuro en la comunidad gallega. En un primer momento, la labor de esta institución se centró en la presentación de ofertas a los grandes subcontratistas (TIER 1) como Aciturri, Aries, ITP, Aernnova, SK-10 y Alestis, entre otros, así como en la recepción y distribución de los pedidos entre las empresas.

El consorcio aeronáutico ha presentado hasta ahora ofertas para diez pedidos de Airbus, para los aviones A330 y A380, de las que sólo fraguó un contrato, el conseguido por una empresa viguesa de metalmecánica para el gigante A380 (mecanizados para el fuselaje y las escaleras de este avión). "Aunque se trata de un contrato importante, la valoración como consorcio es escasa. Todavía queda mucho por hacer", reconoce Mallón.

El primer paso que dio en consorcio aeronáutico fue elaborar un diagnóstico de las 59 empresas que integran la entidad para detectar sus capacidades y limitaciones a la hora de introducirse en la construcción aeronáutica. Este estudio de potencialidades demostró que más de una treintena (mecanizados, instalaciones eléctricas, soldadura, utillajes, moldistas y matriceros) estaba en disposición de dar el salto, tras lo que el consorcio comenzó una serie de visitas a los TIER 1.

Una de las principales ventajas que tiene la industria metalúrgica gallega es su elevada productividad y su nivel de calidad, debido a la experiencia en el sector de la automoción. En este sentido, el consorcio está respaldado por los centros tecnológicos del automóvil (CTAG) y el metal (AIMEN) y el Laboratorio Oficial de Metrología de Galicia (LOMG). También cuenta con el apoyo de las cuatro únicas firmas gallegas que hasta ahora trabajaban en la industria aeronáutica: Delta Vigo, Laddes Works, Coasa y Tekplus. Esta última, de Vigo, ensambla el prototipo de la primera aeronave híbrida de avión y helicóptero sin piloto de España denominado HADA (helicóptero adaptativo avión), un proyecto desarrollado por el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), dependiente del Ministerio de Defensa.

Para dirigir con éxito la entrada de la industria metalúrgica en el negocio aeronáutico el consorcio se ha fijado en el modelo mexicano, que en apenas cinco años se ha convertido en todo un referente internacional. En este sentido se han llevado a cabo visitas a los parques tecnológicos de México D.F. y Querétaro, donde está presente el constructor canadiense Bombardier, y se han mantenido reuniones con el Consejo Mexicano de Educación Aeroespacial (COMEA).

El anterior gobierno de la Xunta había logrado incluir al consorcio gallego en el Plan Estratégico 2007-2013 del Sector Aeronáutico Español, algo que en principio se había descartado, y las empresas tampoco quieren quedarse atrás en el nuevo plan de Sebastián.

El Ministerio también busca la implicación de los grandes subcontratistas de Airbus ITP (Industria de Turbo Propulsores, que suministra componentes para Rolls-Royce) y de empresas de menor tamaño para impulsar este sector en España. La industria aeronáutica emplea actualmente a poco más de 33.000 personas, según la Agencia Española de Construcción Aeroespacial (Atecma). Se trata de uno de los sectores que mejor han capeado la crisis hasta ahora.