La economía gallega creció un 1,6 por ciento en el último año, siete décimas más que la española y ocho más que la Unión Europea, pese a que el tercer trimestre el incremento fue de tan sólo un 0,1 por ciento, una décima menos que en el segundo, pero también superior en tres décimas al del Estado. Así lo confirmó hoy el Instituto Galego de Estatística (IGE), entidad que ya había estimado este resultado el pasado 17 de noviembre en el indicador avanzado del PIB gallego correspondiente al tercer trimestre del año.

Aunque el aumento en Galicia supera al de España, el PIB autonómico continúa moderándose, pues en el segundo trimestre el avance fue del 2,4 por ciento, ocho décimas más que en el período de julio a septiembre. Además, hay que recordar que la comunidad hace un año crecía a un ritmo del 4,2 por ciento.

Con este dato Galicia de momento no está amenazada por recesión, en contraposición con España, que al caer un 0,2 por ciento el PIB en el tercer trimestre, de sufrir otro descenso en el cuarto, sí confirmaría que lo está. La estimación de la Xunta es que esta autonomía cierre el año con un crecimiento de la economía del 2 por ciento.

Por sectores, las ramas industriales y la construcción experimentan decrecimientos interanuales, un 2,7 y un 1,7 por ciento, respectivamente. En el caso de la industria la caída intertrimestral es de una décima y para la construcción supone cuatro puntos.

Por su parte, los servicios son los que mejor evolución presentan, con un avance del 3,5 por ciento en los últimos 12 meses (con un comportamiento más positivo de los de no mercado, un 5,1 por ciento, que los de mercado, un 3). A continuación se situó la actividad energética, con un aumento en el último año del 3,1 por ciento, significativamente mejor que en el segundo trimestre, cuando fue del 0,8; y las ramas agraria y pesquera que, tras decrecer una décima de abril a junio, se incrementaron 1,1 por ciento en el tercer trimestre.

Cae la contribución de la demanda al PIB

< En cuanto a la demanda, contribuye con 0,5 puntos al crecimiento del PIB, reduciéndose en 1,6 puntos su aportación respecto al trimestre anterior. No obstante, el IGE observa una mejora de lo que supone el sector exterior (de 0,3 a 1,1 puntos). Las importaciones descendieron un 1 por ciento, lo que representa un retroceso de 1,6 puntos en relación al segundo trimestre. Respecto al gasto en consumo final de los hogares, creció un 1,2 por ciento, cuatro décimas inferior al registrado entre abril y junio. El referente a las administraciones públicas e instituciones sin fines de lucro aumentó un 5 por ciento, cuatro décimas más que en el segundo trimestre.

La formación bruta de capital redujo su tasa de crecimiento en los últimos tres meses desde el 0,8 por ciento hasta el -2,8 por ciento, como resultado del menor impulso de la construcción y de la inversión en bienes de equipo, ya que tanto la producción industrial como las importaciones de este tipo de bienes y la matriculación de vehículos de carga presentan tasas de crecimiento inferiores al trimestre anterior.

Baja el empleo creado

El empleo, medido en términos de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, registró en el tercer trimestre un crecimiento interanual del 0,4 por ciento, seis décimas menos que el estimado para el anterior trimestre, lo que supone la creación de 4.763 empleos.

Por ramas de actividad, son los servicios los que presentan un mejor comportamiento, con una subida del 2,6 por ciento. Los de mercado minoran su crecimiento en tres décimas y los de no mercados experimentan un avance interanual del 1,8 por ciento, cinco décimas inferior al período entre abril y junio.

Por su parte, las actividades agraria y pesquera logran tasas en el último año del 0,5 por ciento; la construcción presenta un decrecimiento del 7,5 por ciento, 3,9 puntos menos que en el segundo trimestre; y las industriales descienden 1,6 puntos hasta quedar su índice interanual en el -1,3 por ciento. Si se tiene en cuenta la situación profesional, el empleo asalariado mostró un menor dinamismo y alcanzó en el tercer trimestre un tasa de variación en el último año del 0,2 por ciento, lo que supone la creación de 2.104 puestos de trabajo asalariados a tiempo completo en un año.

Considerado de forma conjunta el crecimiento del PIB trimestral y del empleo, la variación interanual de la productividad aparente del factor trabajo se sitúa en el 1,2 por ciento, dos décimas inferior a la cifra lograda en el segundo anterior.

Finalmente, el PIB valorado a precios corrientes presenta un crecimiento interanual del 5,1 por ciento, lo que implica un crecimiento del deflactor implícito del 3,5 por ciento, cuatro décimas superior al segundo trimestre.