Ilusión, tranquilidad y reconocimiento es la receta del éxito de Mercadona, según su presidente. Juan Roig considera que antes de tomar medidas es preferible hacer bien el trabajo del día a día. Y en eso está. El grupo empresarial acaba de primar a sus empleados por cumplir los objetivos, pese a la crisis. Esta época de dificultades, dice, es porque "nos hemos pasado treinta pueblos".

-¿Por qué ha decidido dar una prima a sus empleados, ahora que la mayoría de las empresas recortan gastos y se preparan para superar la crisis?

-Desde el año 2001, siempre que se cumplen las previsiones generales de la empresa, se reparte la prima entre los trabajadores que además hayan cumplido sus objetivos y compromisos individuales. Este año nosotros lo hemos comunicado con antelación porque deseamos reconocer el esfuerzo que estamos haciendo los trabajadores de Mercadona. Nosotros no estamos ajenos a la actual situación de crisis, y este ejercicio nos está costando más que otros años alcanzar las previsiones. Pero dicho esto, estamos seguros que inyectando ilusión, tranquilidad, reconocimiento y manteniendo la sonrisa, se trabaja más y se da mejor servicio a nuestros clientes.

-¿El optimismo, que no la ceguera suicida, es una buena receta para sobrellevar estos tiempos?

-Nosotros lo que pedimos a todos nuestros trabajadores es que nos impliquemos, que trabajemos cada día mejor. Lo que realmente te diferencia es que el trabajo diario se haga de 10. Si yo tuviera que poner por orden qué es más importante, el trabajo diario o la introducción de cambios o mejoras, le diría que primero haz bien tu trabajo del día a día, que te ayudará a consolidarte; y luego introduce cambios. Por ese orden.

-¿Qué otras medidas ha tomado Mercadona?

-Desde 1993, año en el que empezamos a implantar nuestro Modelo de Gestión de Calidad Total, hemos ido adoptando medidas para satisfacer las necesidades de los 5 componentes de la compañía: El Jefe, como internamente llamamos a nuestros clientes, El Trabajador, El Proveedor, La Sociedad y El Capital. Pero más que las medidas, creemos que lo importante son los valores con los que actúas. Principios como la estabilidad, la equidad interna, la reciprocidad, entre otros, recorren transversalmente nuestro modelo de empresa y nos ayudan a ser predecibles.

-¿Ha llegado la crisis al consumo? ¿En qué medida?

-La crisis ha llegado a todos los sectores. Estamos en una situación complicada, como ya le he comentado antes. En años anteriores, por estas fechas la tendencia nos hacía ver que alcanzábamos los objetivos, y este año nos está costando un gran esfuerzo a todos. En nuestra opinión, hemos partido de una verdad universal que no es cierta: "que todo lo que crece, continua creciendo hasta el infinito".

-Como presidente de Mercadona, su visión sobre el consumo en toda España es privilegiada. ¿Hay algunas zonas en las que se haya notado, algunas en las que crea que la recesión va a hacer más daño?

-La situación es generalizada. La falta de confianza y la imposibilidad que tienen las familias de poder acceder al crédito no está focalizada sólo en una zona. Si así fuera, sería menos complicado dar con el diagnóstico y aplicar el tratamiento.

-¿Qué se ha hecho mal para llegar hasta donde estamos?

-Nos hemos pasado tres pueblos, bueno más que tres, treinta pueblos; los culpables somos todos. No nos hemos preparado para el cambio de ciclo, creíamos que la liquidez era ilimitada. El mundo financiero sirve para generar riqueza, pero se ha llevado la ingeniería financiera a extremos inimaginables basándonos en esa falsa verdad universal citada, de que "todo lo que crece, continúa creciendo hasta el infinito"; que nos podíamos endeudar, que todo continuaría subiendo y con ello ya devolveríamos los préstamos. Y esto ha creado la ilusión de que todos éramos ricos y que, por tanto, podíamos trabajar poco y gastar mucho. El crecimiento financiero se ha apoyado en sectores que tenían un gran recorrido de subida, como el inmobiliario o las materias primas (petróleo, maíz, trigo?). La burbuja financiera se ha pinchado y eso ha llevado a que los sectores que la habían utilizado, hayan caído en picado.

-¿Dónde cree usted que está la verdadera gravedad de la crisis: en la financiera o en lo que todos llaman la economía real?

-La verdadera crisis está en la calle, todos estamos notando sus efectos. Pero en estos últimos años le hemos prestado más atención e importancia al mundo financiero que al mundo real. Los empresarios, tenemos que prepararnos para los cambios de ciclo, es nuestra responsabilidad. Uno de los problemas puede haber sido creernos todos que éramos un país más rico de lo que verdaderamente somos.

-¿Quién debería pagar por todo esto?

-Lo importante ahora no es discutir eso, sino ser conscientes de que estamos en mitad de la riada y da igual quien abrió las compuertas o porqué; lo importante es nadar hacia la orilla. Lo prioritario ahora es trabajar todos en una misma dirección. Hay que mirar hacia delante, reconocer el grave problema que tiene nuestra economía, y trabajar muy duro, tomando entre todos las medidas que haya que tomar aunque nos cueste tomarlas.