-Usted se mantiene muy activo a pesar de su edad, ¿cuál es el secreto?

-Duermo muy poco, me voy a la cama entre las dos y las tres de la madrugada. Esa costumbre la tengo de cuando vivía en las grandes ciudades y estaba soltero. Después me levanto a las ocho y como mucho duermo entre cinco y seis horas. Siempre digo que por dormir tan poco, vivo mucho más tiempo.

-¿Puede trabajar tantas horas con tan poco tiempo de descanso?

-Soy la persona que tiene más sueño tiene del mundo. Lo que ocurre es que quiero aprovechar cada minuto del día. Aprovecho a veces para dormir en los traslados en coche y en los viajes en avión.

-¿Y ya está?

-Mire como estoy de delgado. Esto lo consigo haciendo todos los días gimnasia de cinta y caminando una hora. Se dice que a los 65 años o paseas o mueres.

- Está usted considerado como uno de los hombres más elegantes de Galicia.

-Una de las ventajas que tuve es que desde el principio la empresa me vestía. Mis jefes eran elegantes y yo, que era su representante, tenía que ir bien vestido. A partir de ese momento siempre me gustó vestir bien.

-¿Qué hay que hacer para ser elegante?

-Se necesitan cuatro cosas: primero hay que nacer; segundo, querer; tercero, conocer mundo para tener acceso a los grandes modistos y a todo ese mundo. Y, por último, tener dinero para comprar esas prendas. Afortunadamente reúno las cuatro cualidades.

-En este campo, ¿cuáles son las casas que más le gustan?

-Una de ellas es Brioni [abre su chaqueta y enseña la marca]. ¿No ve que este traje no es normal?. ¿Y qué le parece esta camisa? Pues tampoco es normal porque la diseñé yo y me la hace en exclusiva El Corte Inglés en Madrid.

-¿Sólo para usted?

-Sí, sí. Fijése yo viví en el Hotel Plaza de Nueva York, que fue propiedad del multimillonario Donald Trump, durante dos años. Cada vez que voy allí saludo a una parte del personal que me conoce de hace años. Entre ellos a los de la camisería de la zona de tiendas. Seis meses después volví al hotel y vi en el escaparate del establecimiento mi camisa. ¡Me la habían copiado!

-¿Reclamó?

-Por supuesto. Le dije que había vivido dos años allí, que les visitaba todos los años y que me lo pagaban copiándome la camisa. Lo reconocieron, pero me dijeron que habían hecho una importante mejora: "Usted tenía los botones normales y nosotros se los hemos puesto de cristal". A continuación me dieron una bolsa de botones de cristal para que yo se los cambiase a las mías y que son los que tengo ahora mismo puestos.

-¿Conoce a los grandes modistos?

-Tuve aquí una empleada que era redactora de "Le Monde Diplomatique". Su novio trabajaba con el director de Christian Dior y a través de ése contacto conocí las principales tiendas de París, entre ellas Zelli que sólo vende a clientes selectos. Dior me regaló un pañuelo con un nudo especial, con la condición de que no se lo enseñase a nadie. Es éste que llevo hoy en la chaqueta. Hasta Fraga me preguntó cómo hacía ese pañuelo y le contesté que era un secreto. A partir de ahí conocí a Louis Vuitton, a Dior, a Gucci y a toda esa gente. Ahora todas estas firmas me mandan sus catálogos aquí, a Ribeira.

-¿Incluso elige sus zapatos en tiendas exclusivas?

-Estos que llevo son italianos, de Montelan, echos a medida. Esta era la marca del Papa Juan Pablo II, pero ahora el que vino dice que hay que hacer restricciones y compra los de Prada.

-¿No serán baratos?

-Estos son de unos 600 euros y los compré hace un tiempo. Ahora no sé su precio porque compró tres o cuatro pares a la vez y no se lo que cuestan.

-¿Con los tiempos que corren usted vivirá protegido?

-Tengo escolta en casa, en la oficina y en el coche. No es agradable pero no tengo más remedio.

-¿Tuvo amenazas de algún tipo?

-Bueno, ocurrieron algunas cosas que no se pueden contar. Mi secretaria es rusa, de San Petersburgo, y yo quería ir a conocer a sus padres. Así que me dije voy a ir mal vestido y así no se entera quien soy la delincuencia organizada. Pero la Policía Nacional de Ribeira, la de A Coruña e incluso mi agencia de viajes de toda la vida no me dejan ir. Al parecer al llegar a Rusia el pasaporte lo introducen en Internet en el puesto fronterizo y también al llegar al hotel. A partir de ahí conocen toda tu vida y ya saben quien eres y lo que tienes. El problema es que no informan de lo que debo, porque a lo mejor es más de lo que tengo.

-¿Dicen que usted no es amigo de llevar dinero en el bolsillo?

-Llevo algo de dinero, muy poco. Lo que no llevo son tarjetas porque son muy viciosas. Llegas a una ciudad haces uso de ellas y lo gastas todo.

-¿Algún otro hobby a parte de la ropa?

-El primero el trabajo, porque cuando era pequeño me dijeron que si no trabajaba no sería rico. Para ser rico hay que trabajar. Pero no hago como muchos amigos míos que sólo trabajan. Mi segundo hobby es viajar. el otro día estuve en Italia doce días y vi trece ciudades. Aún me falta un tercio de las ciudades del mundo por conocer. Y mi otra pasión el fútbol, el deporte Rey.

-¿Cuál es su equipo?

-Tengo tres: el Deportivo de A Coruña, el Celta de Vigo y el Real Madrid. Por este orden. Por ejemplo, todos los años pago un viaje del Boca Juniors de Buenos Aires a Ribeira para que juegue con los equipos locales. El Boca es el equipo de los pobres, mientras que el River Plate es de los ricos. Yo apoyo a los pobres.

-Usted tiene muchos reconocimientos y galardones, ¿Hay alguno que se le resiste?

-Sí la medalla al Mérito al Trabajo en la máxima categoría de oro. Creo que la merezco.

-¿Pero estaba en trámite y usted la paro?

-Mire yo me hago chequeos todos los años con trece médicos especialistas que me han dicho que voy a tener una larga vida de puta madre. Así que voy a solicitar la medalla al trabajo dentro de cinco, seis o siete años para tener más méritos y que me incluyan en el récord Guinness.

-Y de jubilarse ni hablar.

-Voy a seguir trabajando hasta que Dios me lo permita. Trabajando lo paso mejor.