De carretera entre ‘leiras’ a eje vertebrador del núcleo urbano

La circunvalación a principios de los años 80.

La circunvalación a principios de los años 80. / Lalín, 100 anos en fotos.

El tramo la primera circunvalación de Lalín, comprendido entre A Corredoira y O Montserrat, fue bautizado hace ahora 15 años como Avenida Xosé Cuíña en honor al expolítico fallecido en 2007. Durante cuatro años todo el vial se denominaba Avenida de Madrid, tramo que luego se reservó a la última parte del mismo, hasta el Alto de Vales. Con su proyecto de humanización, esta infraestructura se consolidará más si cabe como un eje vertebrador del casco urbano y con la cada vez más periurbana parroquia de Donramiro.

Hace algo más de cuatro décadas Lalín pedía a gritos una circunvalación, nombre que muchos lalinenses continúan dando a esta avenida, y esta carretera emergió como un elemento para sacar sobre todo a los vehículos pesados del centro. Los accidentes de tráfico, algunos de ellos mortales, eran muy frecuentes entre los conductores que circulaban por una vía con un asfaltado de la época y que parecía una autopista. Los cruces de la Avenida da Estación y de Ramón Aller con Donramiro eran auténticos puntos negros y para tratar de minimizar los siniestros de tráfico incluso se instalaron varios semáforos –actualmente permanece la estructura de uno de ellos y un cartel de advertencia de un radar–. En torno a aquel vial entre “leiras” se fue expandiendo el núcleo urbano con promociones inmobiliarias, en los años 90, como la que ocupó las propiedades de la familia Palmaz y años después cientos de pisos a ambos márgenes de la calzada, entre el centro comercial Pontiñas y la rotonda de entrada a la villa por la N-525, en A Corredoira.

Estado que presentaban ayer las obras de humanización de la Avenida Xosé Cuíña.

Estado que presentaban ayer las obras de humanización de la Avenida Xosé Cuíña. / BERNABE/JAVIER LALIN

Con esta avenida como eje central surgió el desarrollo de la urbanización de O Regueiriño –centro administrativo del municipio– y otros equipamientos públicos de primer orden como el Lalín Arena o, en parte, la segunda fase del Paseo do Pontiñas. En una imagen de la época solo aparece el Campo da Feira Novo, de la que se conserva solo la parte superior del mercado de ganado, pues la inferior fue demolida para construir un moderno multiusos.

El derrumbe de la avenida, en 2008.

El derrumbe de la avenida, en 2008. / Bernabé

Una de las mejoras en esta avenida se produjo hace tres lustros cuando se desplomó el firme de la carretera a la altura de un paso subterráneo del Paseo do Pontiñas. Aquello que parecía podría solventarse con un sencillo ejercicio de ingeniería se gestionó con la construcción de un puente más robusto y amplio en unas obras que obligaron a cortar esta circunvalación durante casi medio año. En la financiación de la obra se implicó el Concello, que logró además recursos de Xunta y Diputación.

Construcción de un puente más robusto y amplio en la zona afectada.

Construcción de un puente más robusto y amplio en la zona afectada. / Bernabé

Finalización este mes

Con el actual proyecto de humanización, esta avenida se transforma casi como una calle más de la trama urbana, con zonas centrales ajardinadas y carriles pensados para el calmado del tráfico en pleno proceso global de descarbonización y de movilidad urbana sostenible. Las obras podrían rematar este mes y lo que sí habrá que resolver es el conflicto por el bloqueo del acceso a fincas denunciado por un grupo de propietarios.

Suscríbete para seguir leyendo