Un Carnaval de película

El mundo del cine inspira muchos de los disfraces de los festivales escolares

Ana Cela

Ana Cela

Llevaban tiempo esperándolo. La pandemia les ha robado mucho a quienes todavía tienen poco en sus archivadores personales. Para algunos niños, ayer era su primer festival escolar de Carnaval. Empezaron el colegio protegidos con una mascarilla, y no tenían ni idea de lo que era acudir a clase con la cara pintada para actuar delante de todos los alumnos del centro. Muchos estaban nerviosos, sin poder creerse todavía que su padre y su madre estuviesen entre el público. Para otros no era la primera vez, pero ya llevaban dos años esperando a que la normalidad les devolviese la oportunidad de mostrarse disfrazados con su mejor sonrisa o, en su defecto, con esa cara de circunstancia que siempre acompaña a la adrenalina del pánico escénico. En algunos casos por temática, en otros por la alegría del reencuentro, el de 2023 comenzó ayer en las aulas de Tabeirós-Terra de Montes y Deza como un Carnaval de cine.

El séptimo arte fue el protagonista del festival celebrado en el colegio Figueiroa, el centro de mayor matrícula de A Estrada. Si el cine es el hilo conductor este año del programa del centro, los musicales encajaron como un guante en el festival de Carnaval. Comenzaron los alumnos más pequeños del centro, los de cuarto de Infantil, que se vistieron de Cazafantasmas. Siguieron los de quinto, que se metieron en la piel de los protagonistas de Grease, seguidos del musical Mamma Mia, con la mítica banda sonora de Abba. Después de Blancanieves y Cantando bajo la lluvia, llegó el musical más representado de todos los tiempos, El rey león, a cargo de tercero de Primaria. Continuaron los de cuarto con Siete novias para siete hermanos, antes de que llegase La La Land y, finalmente, Charlie y la fábrica de chocolate. Un grupo de profesores dio la sorpresa, encarnando a los personajes de La familia Addams.

Un Carnaval de película

El alumnado más pequeño disfrutando del Carnaval. / Bernabé/Javier Lalín

En el colegio Pérez Viondi, el festival se celebró al aire libre, con desfile por cursos. Aunque la temática era libre, hubo también momento para el tradicional atranque de los Xenerais do Ulla.

En O Foxo, este año la temática escogida fue Sobrevolando A Estrada. Y se divisa el municipio desde el aire, tiene lógica quedarse prendados con la manadas de Sabucedo avanzando libres por el monte a galope tendido; con el salmón remontando las aguas del Ulla o con las joyas del Románico dispersas por todo el territorio, entre otros atractivos.

Disfraces al aire libre en el colegio Pérez Viondi de  A Estrada   | BERNABÉ/J.L.

Disfraces del colegio de O Foxo. / Bernabé/J.L.

De viaje se fueron también los estudiantes del CEIP Plurilingüe Silleda, que a lo largo de toda la semana tuvieron como temática La vuelta al mundo en 80 días. Ayer, cada grupo acudió a clase caracterizado de un país diferente.

El colegio Scientia Lalín sacó el Carnaval a la calle, con una amplia paleta de colores e imaginación impresa en sus variados disfraces. También lo hizo el CEIP Nosa Señora das Dores de Forcarei o el San Xoán Buatista de Cerdedo, que llevaron su buen humor hasta enclaves como la forcaricense Praza da Igrexa o la cerdedense Praza do Concello.

Por su parte, los alumnos de la Escola de Educación Infantil (EEI) de Donramiro escogieron nuevamente los Entroidos tradicionales gallegos para celebrar estas fiestas, haciendo que los más pequeños conozcan personajes como los peliqueiros, cigarróns, pantallas o xenerais.

A Estrada desde el aire en O Foxo, disfraces en el Pontiñas, Forcarei y el Scentia.

Festival de Donramiro, basado en los disfraces tradicionales. / Bernabé/J.L.

Y la tradición estuvo también presente ayer en el Centro Comercial Pontiñas de Lalín, donde los Xenerais da Ulla se dejaron ver. Dos Xenerais de A Bandeira realizaron un recorrido a caballo por todo el centro comercial. Se fueron parando en cada comercio y lanzando sus vivas.

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