El de ayer fue uno de los amaneceres más felices de Lucas y su familia en los últimos tiempos: después de horas de angustia, su querido y exclusivo perro había aparecido. El cachorro, de apenas seis meses, se había ausentado del Pazo de Bendoiro el sábado por la tarde sin dejar rastro. “Siempre anda por el pazo, viene conmigo a todos lados y, al no verlo por ninguna parte, nos temimos que le hubiera pasado algo”, relataba ayer Graciela Vila, aliviada por haber recuperado a Winston.
El nombre se lo puso su hijo, Lucas, todo un apasionado de la historia. Siendo un ejemplar de raza británica, no se lo pensó dos veces y lo bautizó con el nombre de pila de Churchill, el icónico primer ministro de Reino Unido durante la II Guerra Mundial. El corgi galés de Cardigan –raza gemela del corgi galés de Pembroke, famosa por ser la favorita de la recientemente fallecida reina Isabel II– es toda una rareza por estos lares. “En Galicia no hay casi ningún corgi galés y en toda España solo conozco un criadero en Burgos”, apunta Vila, que trajo de allí el cachorrito para su hijo de 13 años.
Winston se ha convertido en uno más de la familia y también de la vida diaria del Pazo de Bendoiro. Por eso, su falta no pasó desapercibida y enseguida levantó las alarmas de sus dueños, y más cuando, días atrás, ya había hecho una incursión hasta unas casas próximas. Esta vez llegó más lejos: cruzó la peligrosa N-525 y fue hallado a las cinco de la madrugada en la carretera de O Corpiño por una empleada de la panadería de Prado, que, al ver que era muy manso y no se iba, lo retuvo en su finca y avisó a la Policía Local. El feliz reencuentro se produjo minutos antes de las nueve de la mañana.
