Desde la primavera de 2021, una casa en estado ruinoso en la Rúa da Cacharela, en Lalín, supone un auténtico incomodo para los vecinos y cualquier persona que transite a pie. Hace más de año y medio, se colocaron vallas y un par de puntales para evitar que, si los muros se desploman (el tejado ya lo hizo) puedan causar daños a los viandantes. Pero es que ese vallado resulta deficiente tanto por la altura (debería tener por lo menos 90 centímetros) como por la distancia mínima que debe dejar de acera para que puedan pasar peatones con carros de la compra, de bebé o en silla de ruedas.

Ayer el BNG se desplazó a la zona de la vivienda para comprobar hasta qué punto ya es difícil caminar frente a esta casa, sin siquiera un bastón. El portavoz del partido, Francisco Vilariño, señala que el escaso margen que queda de acera ya provocó varias caídas, algunas de ellas atendidas por agentes de la Policía Local. Queda la opción de invadir la calzada y exponerse a ser atropellado por un coche.

Cerca de un instituto

La asociación de vecinos ya dio cuenta del mal estado en que se encuentra esta vivienda, en realidad dos, a la altura de los números 60 y 62. Aunque la voz de alerta saltó ya en primavera, cuando se apuntaló el inmueble, desde el Concello de Lalín no se hizo nada hasta enero de este año, “cuando el técnico requiere autorización a Patrimonio”. La vivienda ruinosa está al lado de otra que sí aparece catalogada en el PXOM. Por eso días atrás, el 18, Patrimonio indica que no concede autorización para su derribo, sino que el propietario debe adecentar la fachada, bajo determinadas pautas, y reponer la cubierta caída.

Así las cosas, la vivienda estuvo mal vallada durante año y medio, en una zona “próxima a un instituto y a la estación de autobuses, así como a un tanatorio”, lo que nos da una idea del trasiego de peatones que registra a diario esta calle y del consecuente peligro para la seguridad vial, como señala Vilariño. Añade que los vecinos pidieron saber en qué estado se encontraban los trámites el pasado 28 de julio, y formalmente no se les informó de esta decisión de Patrimonio. Por ello, el BNG solicita al gobierno local que se les informe al colectivo de vecinos y que durante la ejecución de las obras de reforma se coloque una pasarela que cumpla con la normativa de seguridad. Urge además, un vallado más seguro para evitar, por ejemplo, que puedan adentrarse niños en el inmueble.