Alfredo Garrido falleció ayer a los 67 años de edad a consecuencia de un infarto de miocardio fulminante mientras se encontraba en la farmacia de su propiedad en la Avenida do Trasdeza de Silleda. Natural del municipio ourensano de A Porqueira, recaló en la capital trasdezana hace aproximadamente siete años tras adquirir la botica que en su momento dirigió José Carlos Pin, con su hijo, José Carlos Garrido Novoa, al frente del negocio.

El finado residía en el núcleo de Bertamiráns, próximo a Santiago de Compostela, pero acudía a diario a la farmacia situada en la céntrica calle de la capital municipal, donde se había ganado la amistad de muchos silledenses. Ayer había comido con uno de sus buenos amigos y fue en torno a las 16.00 horas cuando sufrió un percance que no pudo superar e incluso se llegó a movilizar un helicóptero del 061. Sus restos mortales serán velados en su localidad natal.