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La entrevistada, en el montaje del belén de 2019. | / BERNABÉ/ CRIS M.V.

Isabel villamor | Responsable del Belén de la Iglesia de A Estrada

“Encargarse del belén es una carrera a contrarreloj, pero también satisfactorio”

“Compramos las figuras, y el resto de decorado y demás artilugios los hacemos a mano”

La Iglesia de A Estrada disfruta desde hace ya varios años de su propio belén, y para ello la estradense Isabel Villamor, con ayuda de sus allegados, trabaja arduamente desde semanas antes del inicio de las festividades navideñas. Este año, el nacimiento ocupó una extensión de unos quince metros de largo, y de entre dos y cinco metros de fondo, dependiendo del tramo. La responsable dedicó numerosas horas de trabajo, compaginado con el mantenimiento y la administración de su granja, para que el pasado sábado los locales pudiesen acercarse a visualizar la representación.

–¿Cuantos años hace que comenzó a participar en el montaje del belén?

–Habrá unos catorce años. Empecé con unos amigos, pero ellos ya se retiraron.

–¿Por qué decidió en su momento emprender este proyecto?

–En realidad no fue idea mía. Una de las compañeras con las que empecé, creo que fue Marga, había comentado que en A Estrada no había ningún belén, y que el pueblo necesitaba uno, así que nos pusimos manos a la obra y hasta hoy.

–¿Cómo consiguieron las figuras y demás materiales por aquel entonces?

–Las compramos a un proveedor en Pontevedra, con el que todavía trabajamos hoy en día, y del cual proceden muchas de nuestras piezas. Pero hay que puntualizar que el Don José Antonio quien paga por todo, la Iglesia se hace cargo de los gastos. Después, el resto de decorado, como las casas y demás artilugios los hacemos nosotros a mano.

–¿Debe ser un trabajo laborioso hacerse cargo de diseñar y crear el decorado a mano?

–Hay años que da más trabajo que otros, porque por lo general reutilizamos lo que ya tenemos, per a veces es necesario cambiar alguna cosa porque con el uso se ha ido desmejorando. Además a mi me gusta añadir cosas nuevas para que cada año sea diferente. Esta vez hicimos cinco casas nuevas, y tuvimos que sustituir otras.

–¿Recibe algún tipo de ayuda para llevar a cabo estas tareas?

–Así es. Mi madre me ayuda mucho, al igual que mi pareja, mi socio, y algunas amigas. En general, es importante que haya alguien conmigo para ir adelantando trabajo, aunque sea yo la que diga lo que hay que hacer, cómo, y dónde. Mi socio, por ejemplo, no sólo me ayudaba con el belén, sino que se hacía cargo de la granja para que yo dispusiese de más tiempo, y eso también es de agradecer.

–¿Catorce años es mucho tiempo, qué le motiva a seguir haciendo esto de manera altruista?

–A mi me gusta mucho todo aquello que tenga que ver con realizar cosas manuales. Esto es un ensayo constante, pruebo y veo qué funciona y qué no. A veces pierdo la paciencia y mis compañeros bromean cuando me enfado porque algo no sale bien, Este año, al parecer, no me he enfadado tanto. También es una carrera a contrarreloj muchas veces, porque tengo que compaginarlo con mi trabajo. Pero al final, cuando está acabado, es una sensación muy satisfactoria.

“Que la gente lo vea y le guste es pago suficiente”

–¿Diría que es un esfuerzo gratificante?

–Desde luego. En ocasiones tengo que pasarme por la Iglesia para ver que todo esté bien, y cambiar algunas cosas. Cuando estoy allí y veo a la gente venir a verlo y que le gusta, o a los niños sonreír, para mi es pago más que suficiente al esfuerzo.

–¿Qué es el belén para usted?

–Es muchas cosas. Principalmente es un reto. Desde agosto estoy pensando en él, en qué cosas hacer para mejorarlo, y en ideas para hacerlo novedoso. Pero además, el belén es como un hijo para mi. Cuando acabamos y sacamos las cortinas que lo tapan durante las semanas de montado, siento que estoy dejando a mi hijo vulnerable para que todos lo vean.

–¿A cerca de esto, ha habido alguna vez problemas por que desaparecieran piezas?

–Sí, y es algo que me resulta incomprensible, porque las figuras son demasiado grandes para que encajen en un belén común. Como yo lo entiendo, la gente se las lleva simplemente por hacer la gamberrada.

–¿Cuál es su parte favorita del proceso de montado?

–Sin duda, colocar los animales. Para mí nunca hay suficientes.

–¿Por qué cree que es importante que A Estrada tenga su propio belén?

–Creo que sobre todo es un reclamo para que la gente venga al pueblo. Yo misma he visitado muchos belenes y con esa excusa he hecho excursiones de un día a esas localidades. La gente viene a verlo, pero después se queda a tomar algo en una cafetería, o a hacer compras en algún comercio.

–¿Qué es lo que más la enorgullece del belén de este año?

–Me gusta cómo ha quedado todo, pero creo que sobre todo hemos sabido mantener bien las proporciones.

–¿Tiene pensado seguir haciendo esto por mucho tiempo?

–Siempre que el trabajo me lo permita, me gustaría seguir haciéndolo muchos años más.

ncouceiro@farodevigo.es

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