Los conos impusieron ayer la ley del cucurucho en A Estrada: se ven poco, pero fastidian mucho. En plena hora punta,v en esos momentos en los que uno va apurado para trabajar o llega sobre la campana con los niños al colegio, una calle cortada solo puede inspirar un exabrupto. Si a ello se suma el hecho de que sean varias las vías delimitadas por conos a la vez en pleno centro de la capital estradense, la reacción llega en cadena: pedir a los niños que se tapen los oídos e iniciar una sucesión de improperios que, ya en frío, uno aplaude haber recitado con la ventanilla subida gracias al frío de la mañana.
La zona más céntrica de A Estrada parecía ayer territorio minado. De nada servían los intentos por pasar de la Avenida Benito Vigo hacia la Praza de Galicia, haciendo uso de vías como Pérez Viondi. Tampoco podía usarse Don Nicolás, ni Marqués de la Vega de Armijo, ni la Rúa 24 ni la calle San Antón. Si a ello se suma una Praza da Feira levantada y el carácter peatonal de Serafín Pazo, o el que ya tienen –aunque por ahora solo sea de modo provisional– Porta do Sol, Ulla y Calvo Sotelo, no es de extrañar que más de uno pusiese el grito en el cielo a primera hora de la mañana y que el tráfico se volviese especialmente lento en la Avenida Benito Vigo. Esta travesía urbana de la N-640 fue la que tuvo que absorber buena parte de la circulación de vehículos que, iban de una calle a la siguiente tratando de realizar el giro y que se daban de bruces con los conos, lo carteles de obra, las vallas o las máquinas en plena faena de asfaltado.
Por si todo este atranco no fuese suficiente, también hay que sumar la presencia de las grúas de la empresa encargada de colocar el alumbrado de Navidad, una ornamentación que escogió el día de ayer para comenzar a adornar las calles de A Estrada y, ya por la tarde, la fachada de la casa consistorial.
“Esto es un caos”, comentaban varios ciudadanos, que también echaban en falta una mayor presencia policial para informar a los conductores y tratar de agilizar el tráfico. Las quejas confluían en los problemas de acceso a la zona más céntrica de la villa, con dificultad también para dejar sus vehículos en aparcamientos subterráneos como los existentes en la Rúa San Antón.
Lo que sucedió en la mañana de ayer es que a las obras en puntos céntricos como la Praza da Feira y al propio corte de Ulla y Calvo Sotelo se sumaron los trabajos de asfaltado en comenzaron esta semana en varios puntos. Las obras arrancaron el martes por Pérez Viondi y continuaron por San Antón. La primera quedó ayer con la nueva capa de rodadura, de manera que por la tarde ya pudo abrirse al tráfico y, por tanto, levantarse los conos que ejercieron de simbólico sparring para los conductores. En San Antón las obras continuaban, sin permitir que los vehículos que tomasen la Rúa 24 para ascender hacia la iglesia y, desde aquí, encaminarse hacia la calle Justo Martínez.
“Tenemos el pueblo bastante cortado porque, entre obras en todos los lados y la Praza da Feira... pedimos comprensión, pero es para mejorar”, dijo el edil de Urbanismo, Gonzalo Louzao.
Los trabajos continuarán en los próximos días sumando nuevas calles a esta batería de mejoras y asfaltados. Louzao indicó que en la Rúa Iryda ya estuvieron realizando el marcaje para emprender los trabajos y que será la próxima semana cuando comiencen a ejecutarse las esperadas obras en la Avenida de Santiago, una cuestión que el Concello quiso ir ya avanzando para que los residentes de esta vía sepan que se van a realizar trabajos, con la correspondiente molestia que estos siempre suponen. Quedarán también las rúas Varela Buxán y la Rúa 25 de Xullo, muy utilizada tras el cierre circulatorio del centro. Por lo tanto, aun queda cucurucho para unos días.
