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Los cazadores matan 369 jabalíes en una campaña con 228 batidas en las comarcas

La mayor parte de las monterías de la última temporada fueron solicitadas los tecores | La Xunta autoriza todas las que cumplen los requisitos por la expansión de la especie

Dos jabalíes abatidos en una cacería en montes del municipio lalinense. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

La sobrepoblación de jabalí es un problema que por el momento, las administraciones competentes, no son capaces de atajar. Las batidas como único método no parecen las más idóneas para solventar una situación que afecta a los agricultores, a la seguridad en las carreteras y sin perder de vista la posible propagación de la Peste Porcina Africana (PPA) con este animal como transmisor de la enfermedad.

Este domingo finaliza la temporada de caza para esta especie, que había comenzado el 22 de agosto, en las modalidades de batida, montería y esperas en terrenos de régimen cinegético especial, incluida la superficie dedicada a vedados o zonas de adiestramiento. Según los datos aportados por la Xunta, en la campaña 2019/2020 fueron autorizadas en las comarcas un total de 228 batidas al amparo del Plan de Ordenación Cinexética en las que fueron abatidos 369 animales en los seis municipios dezanos, A Estrada, Forcarei y en el territorio de Cerdedo. De estos permisos, 204 procedieron de las peticiones cursadas por los Tecores y las 24 restantes se desarrollaron bajo formato libre.

La Consellería de Medio Ambiente señala que está autorizando “todas las batidas de jabalí que se solicitan y que cumplen con los requisitos por el interés en controlar determinados aspecto relativos a esta especie como el control de la superpoblación, la disminución de riesgos de accidentes de tráfico en carreteras o el mantenimiento adecuado de las fincas de cultivo”. Es decir, la administración autonómica está abriendo la mano sin cortapisas para matar jabalíes e incluso, en casos, sin cupos precisamente por la sobrepoblación de esta especie. En esta situación están los municipios dezanos y 102.680 hectáreas de superficie. A la presencia del jabalí en las carreteras gallegas se atribuyen 744 accidentes en 2019, otros 137a corzos y 116 a perros sueltos.

Corresponsabilidad

Días atrás la Federación Galega de Caza reclamaba una “solución urgente y definitiva a la responsabilidad de los daños provocados por el jabalí en el agro gallego”. Planteó un cambio de la responsabilidad o la puesta en funcionamiento de un fondo de corresponsabilidad pues, a su juicio, “no es justo que cazadores y sociedades de caza sean los responsables de estos daños cuando son los mitigadores de un problema que afecta a toda la sociedad gallega”. El mes pasado, el Juzgado de Lalín condenaba al Tecor de Dozón a abonar 6.145 euros, más intereses, a un ganadero por los daños que habían causado los jabalíes en varias plantaciones de forraje de su propiedad.

La amenaza de la Peste Porcina Africana

La Peste Porcina Africana (PPA) se introdujo en Rusia en 2007 y después se extendió a países como Ucrania y Bielorrusia a partir de los cuales la enfermedad se introdujo en la UE, donde ha mantenido un avance lento pero continúo afectando a regiones cada vez más al oeste. En España fue erradicada en 1986, pero luego surgieron brotes El primero, entre 1997 y 1998. Esta epizootia incluyó 99 casos de la enfermedad que involucró a explotaciones en seis provincias: Lleida, Segovia, Madrid, Toledo, Zaragoza y Sevilla. En el control y erradicación del brote fue necesario sacrificar a 1.218.294 animales. Por eso es fundamental tomar medidas ante una hipotética llegada de la enfermedad que, en Galicia y en particular en las comarcas, tendría unas consecuencias desastrosas para el sector. El ministerio desarrolla un programa de control con el jabalí como herramienta de detección. Como base se pueden utilizar controles serológicos sobre animales abatidos en cacerías. Para Galicia se determinaron 50 muestras en cada provincia El plan de vigilancia estatal incide en la concienciación y tiene una parte activa basada en muestreos serológicos y virológicos periódicos, vigilancia de lesiones macroscópicas compatibles en mataderos. Y vigilancia especial en las condiciones de limpieza y desinfección de los vehículos de transporte de animales vivos que procedan de los países de mayor riesgo.

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