Paco Pestana, José Crespo y Begoña Blanco, ayer, en la presentación del Mes do Cocido. | // BERNABÉ/J. LALÍN

La pandemia no es sólo una crisis sanitaria, también lo es económica, y está cambiando las reglas de juego en todos los ámbitos. Tanto el XXIII Mes do Cocido como la 53 Feira do Cocido se han visto afectados por la llegada del coronavirus, lo que ha obligado a reorganizar sus programas. El alcalde de Lalín, José Crespo, presentó ayer de forma telemática el Mes do Cocido en compañía de la edil de Cultura, Begoña Blanco, y el autor del cartel de la Feira do Cocido de 2021, Paco Pestana. En ella, el regidor municipal manifestó que “sin duda será el Mes do Cocido más fulero en cifras absolutas desde que se fundó pero con eso ya contamos. La otra alternativa era no hacer absolutamente nada, a lo que nos negamos porque aunque las cosas vengan mal dadas hay que tirar para adelante. Estoy convencido de que vendrán tiempos mejores”. En su intervención, el mandatario también quiso adelantar que “con respecto a la Feira do Cocido, estamos trabajando en un programa de máximos con conciertos, desfile, matanza, pregón, presentación y difusión... Un programa que contemple la totalidad de eventos que tenía una Feira do Cocido normal pero que iremos ajustando en la medida de lo que vaya ocurriendo y cómo vayan las normas. Como es complicado, los eventos los haremos como mejor podamos. Muchos actos los haremos con streaming y otros con poco público, que iremos anunciando”.

Mientras esto sucedía en el vestíbulo de la casa consistorial, los fogones de los distintos restaurantes de Lalín preparaban cocidos para un aforo reducido por el COVID-19. La resignación es el común denominador de todos ellos donde se ofrece el plato a un precio medio de 25 euros oscilando entre los 22 y los 50 euros, según el establecimiento. En sitios como el Bar O Polo o el Hotel Pontiñas consideran que el de este año será un Mes do Cocido “crudo y complicado”, aunque en el primer caso valoran como una tabla de salvación las raciones para llevar, y en el caso del restaurante pacego piensan que los fines de semana podrían ayudar a cuadrar el balance. Y en el Hotel Pontiñas van más allá indicando que “no vamos a notar la diferencia porque si el año pasado fue malo, este volverá a serlo”. Más optimistas se muestran en Casa Currás porque “la cosa está mal por lo que estamos viviendo pero se va tirando. El año pasado teníamos 50 comensales y hoy (por ayer) serán 15 porque la gente llama menos”. En la misma línea, desde el Restaurante Cabanas reconocen que será un Mes do Cocido “un poco más fastidiado porque no se puede comparar con el del año pasado. Estamos recogiendo cancelaciones por los cierres perimetrales”. Y en La Molinera explican que “si no fuera por el Cocido estaríamos ‘papando’ moscas. No nos podemos quejar porque por la semana la cosa irá más o menos bien por la gente que viene a trabajar, y los fines de semana contamos con la esperada respuesta del pueblo”.

Cerdo “volador”

Paco Pestana presentó ayer en Lalín el cartel de la Feira do Cocido y, también, el pin de la fiesta de interés turístico internacional de la cabecera comarcal dezana. Tanto el affiche como la insignia muestran una iconografía transgresora y surrealista con el cerdo como protagonista. En ambos casos, el polifacético creador de Castroverde, que ayer regaló sendas láminas dedicadas a Crespo y a Blanco, muestra su particular universo creativo queriendo mostrar “la lucha entre la bestia doméstica y el ser humano”. Pestana aprovechó su intervención para anunciar que “a partir de ahora diré por todas partes que soy hijo predilecto de Castroverde e hijo putativo de Lalín”. Crespo agradeció la generosidad del artista, que no cobró por su trabajo, e hizo entrega a Paco Pestana de una placa de cerámica –la primera de la serie– con un grabado que reproduce el Castro Tecnolóxico. Pestana describió su obra diciendo que “generalmente el arte se explica en sí mismo porque no es algo hermético” y recordó la graciosa conversación que mantuvo con Antón Lamazares sobre los elementos que componen el cartel de este año.

Un total de 53 empresas locales ofrecen su colaboración

El alcalde de Lalín agradeció ayer la contribución prestada por las 53 firmas locales que han ofrecido su colaboración para la puesta en marcha del Mes do Cocido más atípico, en especial al sector panadero, que este año se ha volcado de una manera muy especial, según el regidor municipal. Los restaurantes dezanos son los siguientes: A Taberna do Vento, A Taberna do Cazador, Bar O Polo, Bar Manolo-Empalme, Restaurante Suso, Casa Currás, Casa Sanmartín, Parrillada Villanueva, Hotel Restaurante Pontiñas, Hotel Norat Torre do Deza, Mesón O Cruce, Parrillada Taboada, Pazo de Bendoiro, Pensión Las Palmeras, El Rincón de la Mariposa, Parrillada la Robleda, Restaurante As Vilas, Restaurante Cabanas, Restaurante Caracas, Restaurante Casa do Patrón, Casa Pablo, La Estación, La Molinera y Onde Antonio. Además, Mercado Boanerges de Santiago y el Restaurante Sanxenxo de Madrid ejercen de negocios colaboradores. En cuanto carnicerías, son las siguientes: A Tenda de Roke, Cárnicas Anzo, Carnicería de Prado, Carnicería Faílde, Carnicería Hermida Principal, Embutidos Lalinense, Emdeza Elaborados Cárnicos y Nélida Castro Granja. En el sector de fruterías y miel, aparecen A Maragota, Lalín-Fruit y Mel Pájaro. Y en cuanto a las panaderías, este año colaboran Confitería París, Panadería Balado, Panadería Bouzada, Panadería Brea, Panadería da Morena, Panadería José Nercellas y Panadería Pedro. Por lo que respecta a las queserías, lácteos y distribución de vinos o licores, la nómina de establecimientos patrocinadores de la edición número 23 del Mes do Cocido de Lalín está compuesta por Hoxe, S.C. Galega, Kalekói, Queixería Dona Cobiña-Cobideza, Deza Distribuciones, Disanfa, Distribuidora Celdas 2017, Distribuciones Javier Vázquez, Exclusivas Campos y Vinos Manuel Gil. El mandatario lalinense finalizó su intervención haciendo un llamamiento a la responsabilidad de tanto la hostelería como el comercio para “que cumplan con todos y cada uno de los protocolos para mantenernos en este segundo plano con respecto a las medidas. A ver si aguantamos así sin estar perimetrados y no hubiera que tomar medidas más duras”.